Espacio de formación del electo
Si sois titular de la concejalía de cooperación al desarrollo de vuestro ayuntamiento, tenéis por delante una labor más necesaria que nunca, porque las problemáticas a las que se enfrenta el mundo no podrán resolverse sin el concurso decidido de esta política local.
En el ámbito de la cooperación, el liderazgo político tiene un papel esencial. Solo con voluntad política y la capacidad de comunicar y de tejer alianzas en todos los niveles será posible impulsar las transformaciones necesarias a escala global. Está en vuestras manos implicar al municipio en la búsqueda de soluciones a los problemas globales y contribuir a la defensa de los derechos humanos y la resolución pacífica de los conflictos. Y también tendréis que defender esta política.
¿Estáis preparadas y preparados para hacer de puente entre las agendas internacionales que se elaboran en la ONU y las realidades que se encuentran a pie de calle? ¡Vamos!
Este recurso va dirigido principalmente a las personas electas que tienen responsabilidades en el ámbito de la cooperación al desarrollo, pero también a todas aquellas personas con inquietudes ante los retos globales del mundo en que vivimos.
Su contenido está estructurado en siete apartados. El primero explica el contexto global y las principales agendas internacionales y en el segundo, se define la cooperación y el papel de los gobiernos locales. En el tercer apartado se pone en valor la necesidad de planificar estratégicamente esta política y en los apartados 4 y 5 se abordan, de manera más detallada, dos de las líneas claves de la cooperación: la coherencia de políticas para el desarrollo y la educación para la ciudadanía global. El apartado 6 resume las principales herramientas y modalidades de la cooperación local y en el último se hace una reflexión de los principales retos y oportunidades de la cooperación hoy en día.
¿La cartera de cooperación? ¿Y ahora qué?
Para aprovechar al máximo los contenidos de este recurso, es conveniente informarse del estado actual de la cooperación en el municipio en cuestión. Responderse las preguntas siguientes ayuda a orientarse:
En la elaboración de este recurso han participado los siguientes gobiernos locales: Cornellà, Manresa, Mataró, Montornès del Vallès, Santa Coloma de Gramenet, Sant Boi de Llobregat, Sant Cugat del Vallès y Terrassa.
Antes de hablar de la cooperación en sí, hay que situarse en el contexto internacional en que se desarrolla. Hay un consenso cada vez más generalizado sobre la insostenibilidad del modelo de desarrollo global actual y las consecuencias desastrosas que tiene en todo el mundo. Se trata de un modelo socioeconómico que entra en conflicto con los límites biofísicos de nuestro planeta y niega los derechos, el bienestar y una vida digna a una parte importante de la población mundial.
No podemos resolver una crisis sin tratarla como tal. Debemos dejar los combustibles fósiles bajo tierra y tenemos que centrarnos en la equidad. Y si las soluciones dentro del sistema son tan imposibles de encontrar, quizá tendríamos que cambiar el mismo sistema.
Greta Thunberg, activista por el clima. Discurso en la COP24, diciembre de 2018.
La crisis sanitaria global de la covid-19 ha mostrado, con contundencia, el agotamiento del paradigma de desarrollo actual. Pero ya hacía tiempo que se observaba el impacto perjudicial de numerosas dinámicas globales en los municipios, como la deslocalización de la industria, la sobreexplotación de los recursos naturales, el terrorismo, las crisis humanitarias que provocan las guerras o las migraciones forzadas.
A continuación se apuntan diferentes tendencias y transformaciones que marcan el contexto mundial actual y que piden nuevas respuestas:
Sabías que…
¿El 10% de la población acumula el 76% de la riqueza global, mientras que la mitad más pobre de la población solo posee el 2%?
Estos son datos del Informe sobre la desigualdad mundial de 2022.
Este recurso pretende poner en relación este contexto de cambios con la cooperación. La amplitud y la complejidad de los retos, lejos de trascender la actuación de los gobiernos locales y los actores del territorio, son un llamamiento a una acción colectiva global de carácter cooperativo y multinivel.
Las políticas locales no son ajenas a las tendencias transnacionales y globales. Lo son en parte en la medida que contribuyen a configurarlas y sufren las consecuencias. Si a escala global tenemos una emergencia climática es consecuencia, en parte, de la emisión de gases de efecto invernadero desde las ciudades (se estima que un 75% provienen de estas emisiones). Del mismo modo, si en el ámbito local tenemos retos, como por ejemplo la contaminación del aire, la carencia de acceso a la vivienda o la precariedad laboral, estos problemas se deben al modelo energético global, a la especulación con la vivienda en los mercados financieros o a una economía desregularizada y deslocalizada por los tratados de comercio internacionales. Por eso la interdependencia y la corresponsabilidad son conceptos clave en la cooperación que se desarrolla en el ámbito local.
Preguntas que deben definir las políticas municipales desde esta relación global-local
No se trata solo de ampliar y añadir “problemas nuevos” al listado de problemas que siempre se han tratado desde la cooperación, como el hambre, la pobreza o el acceso a la educación. Más bien hay que alejarse del enfoque más tradicional basado en la relación donante-receptor y transitar hacia una visión más transversal y transformadora del desarrollo.
Aun así, todavía estamos lejos de conseguir un reconocimiento social amplio de las interdependencias globales. Actualmente se observan reacciones políticas que se resisten a aceptarlas y proponen discursos y prácticas basadas en la diferenciación y en las fronteras nacionales. Y es aquí donde la cooperación internacional y la educación para la ciudadanía global, en particular, tienen un papel clave.
En resumen
Más que nunca, los ámbitos local y global se encuentran fuertemente vinculados. Es una responsabilidad y una oportunidad diseñar y ejecutar las acciones en el territorio pensando en el bienestar propio, pero también en el conjunto de la humanidad.
Hace años que los actores de la cooperación local, nacional y global intentan establecer un nuevo paradigma de desarrollo sostenible caracterizado por respuestas cooperativas a las emergencias ecológicas, económicas y sociales. En un futuro que ya ha comenzado, el progreso se mide, no con el crecimiento del PIB, sino con la combinación de justicia, respeto medioambiental y acceso universal a los derechos económicos y sociales.
Sabías que…
Las Naciones Unidas definieron, en la Declaración de la Cumbre de la Tierra de 1992, el desarrollo sostenible como “un desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para que puedan atender sus propias necesidades”.
El desarrollo sostenible se persigue dentro del marco de varios acuerdos que hacen los estados a través de las Naciones Unidas, como la Agenda 2030 o el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Los gobiernos locales y subestatales aportaron su experiencia y propuestas a los procesos de consulta sobre los contenidos de estos acuerdos mediante sus asociaciones y redes internacionales.
Las ciudades son el lugar donde se ganará o se perderá la batalla contra el cambio climático.
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas. Discurso en la Cumbre Mundial de Alcaldes C40 en Copenhague, octubre de 2019.
La Agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)
La Agenda 2030, aprobada en 2015 por la ONU, define 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) destinados a mejorar el bienestar y progreso en cinco esferas clave: las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas.
Esta agenda, de carácter universal e integral, busca comprometer a la comunidad internacional, incluyendo los gobiernos locales como entes corresponsables del desarrollo sostenible de su territorio, en ámbitos como el hambre, la salud, la educación, la igualdad de género, el crecimiento económico, el medio ambiente y el trabajo. Cada ODS incluye diferentes hitos (en total son 169) que contribuyen a su cumplimiento.
La cooperación internacional al desarrollo es uno de los ámbitos que ha obtenido más eco y presencia por parte de actores no estatales. La incorporación del objetivo de desarrollo sostenible 11 a la Agenda 2030, específicamente dedicado a las ciudades, es una buena muestra. El enfoque multinivel que asume la Agenda 2030 reconoce la importancia de los actores locales, con independencia de su dimensión y sus capacidades, en respuesta a los problemas de la sociedad.
A diferencia de agendas anteriores, la Agenda 2030 pone el foco en los actores locales como parte de la acción colectiva global.
Se recomienda ver el vídeo Aprendiendo sobre el ODS 11, de la United Cities and Local Governments (CGLU):
¿Qué pueden hacer los municipios para contribuir a la Agenda 2030?
La adopción de la Agenda 2030 puede ser una pieza importante de las políticas de cooperación de los gobiernos locales, puesto que permite vincular las problemáticas globales con las respuestas locales. Dicho esto, la Agenda 2030 no es una receta ni una hoja de ruta detallada que permita ser adoptada mecánicamente. Hace falta que cada administración la adapte a su contexto local, priorizando los retos y aprovechando las oportunidades que brinda el territorio. Este proceso se conoce como localización de los objetivos de desarrollo.
Una adopción transformadora de la Agenda 2030 planteará cuestiones centrales para las políticas municipales en su conjunto y obligará a revisarlas con una mirada de sostenibilidad global.
Para saber más
Para profundizar en estos temas, puede consultarse:
“¿Qué tiene que ver el ayuntamiento en la cooperación al desarrollo?”. Esta es probablemente una pregunta recurrente a la cual se enfrentan los titulares de la cartera de cooperación al desarrollo. Todo el mundo sabe que la gestión de residuos o el urbanismo son competencias municipales propias… pero ¿la cooperación y la acción internacional también lo son?
Es cierto que los estados son el sujeto principal del orden jurídico internacional y que, además del peso que tienen por sí mismos, se articulan a través de organismos multilaterales como las Naciones Unidas, la OCDE o la Unión Europea, entre otros. No obstante, los gobiernos subnacionales también juegan, en el escenario global, y lo hacen con un reconocimiento que no para de crecer.
Los municipios españoles tienen una larga trayectoria de acción internacional, muy especialmente en el ámbito de la cooperación al desarrollo, campo en el que han trabajado de la mano de los actores sociales del territorio.
Los porqués de la cooperación municipal: un argumento básico
Se recomienda la lectura de Las razones de la cooperación. Guía para la defensa de la cooperación al desarrollo de los municipios. Informe elaborado por Miquel Carrillo - Fons Català de Cooperació, con el soporte de la Diputación de Barcelona y del Ayuntamiento de Barcelona.
En las últimas décadas, los gobiernos locales han adquirido un mayor peso en los espacios y los procesos internacionales. Varios factores explican este hecho, como el creciente peso en términos de población y economía de las zonas urbanas o la necesidad de dar respuesta al crecimiento de las desigualdades internas y territoriales en los países. Pero este reconocimiento se ha producido gracias, sobre todo, al trabajo de incidencia política que han hecho los mismos gobiernos locales a través de sus asociaciones y redes internacionales, mediante las cuales han puesto en valor su tarea y han hecho sentir su voz en los procesos de consulta y de decisión internacionales.
Para saber más
Las principales redes municipalistas internacionales:
Como ya se ha apuntado, las problemáticas globales actuales no se podrán resolver sin los municipios, puesto que los territorios son expuestos cada vez más a dinámicas de interdependencia y acontecen a la vez receptores y emisores de los desafíos mundiales. Es aquí donde entra la cooperación descentralizada como una herramienta para resolver los problemas locales a la hora de generar un marco democrático, justo y sostenible de convivencia global.
La cooperación descentralizada es aquella que hacen los gobiernos subestatales, ya sean gobiernos locales (como ayuntamientos, diputaciones, cabildos y consejos insulares en el caso español) o regionales (como las comunidades autónomas).
Sabías que…
La cooperación que llevan a cabo los gobiernos locales y regionales tiene más peso relativo sobre la cooperación del conjunto del Estado español que en cualquier otro país (alrededor del 10% y el 15% de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) total español, dependiendo del año, según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación).
La cooperación descentralizada es una política pública y se regula por un marco normativo:
En resumen
La cooperación descentralizada es una modalidad de cooperación liderada por los gobiernos locales, necesaria y complementaria a la cooperación bilateral y multilateral, los objetivos e instrumentos de la cual permiten avanzar hacia formas de cooperación más simétricas, en que la reciprocidad y el aprendizaje mutuo se convierten en ejes centrales de las relaciones entre gobiernos locales. (Observatorio de la Cooperación Descentralizada).
Las primeras experiencias de cooperación descentralizada en el Estado español se realizaron en los años ochenta, en buena parte impulsadas por colectivos sociales que pedían una respuesta ante las injusticias en las relaciones norte-sur. En aquel momento surgieron los primeros hermanamientos entre municipios, en general en un contexto de apoyo a movimientos políticos. El apoyo al pueblo saharaui y a los procesos revolucionarios centroamericanos en los años ochenta tuvo un papel importante como elemento movilizador del internacionalismo municipalista español.
Sabías que…
El 0,7%
En mayo de 1972, en el marco de una conferencia sobre el comercio y el desarrollo, las Naciones Unidas fijaron el objetivo de destinar el 0,7% del PNB de los países más ricos a la ayuda oficial al desarrollo (AOD).
Algunas instituciones públicas, entre ellas la Diputación de Barcelona, se han comprometido a destinar este porcentaje de su presupuesto a la cooperación para contribuir al logro de este objetivo. Justo es decir que el principal impulsor del 0,7% ha sido la sociedad civil, pero, a pesar de varias campañas ciudadanas, son pocos los países que han llegado a contribuir con esta cifra. La media de los donantes nunca ha superado el 0,4%.
Para saber más
Se puede consultar la página web Plataforma 0,7% .
En la década de los noventa empiezan a generalizarse las políticas de cooperación descentralizada en el conjunto de gobiernos autonómicos y locales en España.
La consolidación y fortalecimiento de la cooperación en las diferentes comunidades autónomas en los años noventa y la primera década del 2000 se asentó en dos elementos clave: el impulso ciudadano y el compromiso político de numerosas autoridades locales. Ambos, además de constituir un componente estructural y un rango distintivo de las políticas de cooperación descentralizada en España, dotaron la cooperación de enormes potencialidades en participación social y gobernabilidad local.
Ahora bien, la acción que se desplegó inicialmente tenía un enfoque bastante caritativo y vertical, en una relación desigual entre donante y receptor, y las intervenciones que se desarrollaron eran reactivas, dispersas y poco estratégicas, en el marco de hermanamientos o mediante convocatorias para las organizaciones del territorio. Los procesos de reflexión y debate de entonces generaron críticas hacia la relación vertical entre gobierno local del «norte» (donante) y gobierno local del «sur» (receptor), dominada per la transferencia de recursos. Se empezaron a buscar relaciones de carácter más horizontal y de fortalecimiento mutuo que se centran en las políticas públicas y las competencias locales asignadas.
En paralelo, los gobiernos locales ampliaron su compromiso con la promoción de una ciudadanía activa y comprometida. Junto con el tejido asociativo local, se abrieron paso nuevas actuaciones de educación que fueron más allá de informar de la realidad de los países con los que se cooperaba y se hizo hincapié en la corresponsabilidad.
Con el estallido de la crisis económica del año 2008, esta política se resintió gravemente y sufrió recortes drásticos en algunos casos. En consecuencia, el amplio tejido asociativo vinculado a la cooperación descentralizada, a través del cual se había gestionado una parte importante de fondos, se encontró en grave riesgo de sostenibilidad económica. El impulso ciudadano, uno de los rasgos distintivos de la cooperación descentralizada en Cataluña y España, se vio gravemente afectado. Un reflejo de esto es que el discurso político respecto de la cooperación descentralizada involucionó. Durante la crisis ganó peso el alegato de «primero, los de casa» y se produjo una despolitización o pérdida del apoyo político a la cooperación descentralizada, un cambio facilitado por la naturaleza voluntaria del compromiso con el 0,7%.
A partir de 2015, en un escenario poscrisis confluyeron la aprobación de la Agenda 2030, una ligera recuperación económica y el inicio de un nuevo ciclo político, en que se recuperó discursivamente la importancia de la cooperación descentralizada y se empezó a revertir la involución presupuestaria de los años anteriores.
Además, la pandemia mundial de la covid-19 y la guerra de Ucrania y sus consecuencias refuerzan la idea de las interdependencias entre países y territorios, y de las vinculaciones global-local sobre las cuales hay que actuar.
La cooperación descentralizada ofrece un valor diferencial respecto de la cooperación que desarrollan los actores estatales, los programas multilaterales y los de las ONG. Este valor diferencial se encuentra en los elementos siguientes:
Por lo tanto, si bien es cierto que cuantitativamente la cooperación desarrollada desplegada por los municipios tiene menos peso que la hecha por otros actores, como los autonómicos, la aportación que supone esta cooperación no se tiene que limitar exclusivamente a un cálculo económico.
La cooperación y los agentes locales son, por vocación y responsabilidad —por imperativo ético, pero también político—, fuerzas que contribuyen, cada vez de manera más enérgica, a esta acción colectiva.
En resumen
El valor diferencial de la cooperación que hacen los gobiernos locales lo encontramos en su especificidad, la experiencia y el conocimiento en el desarrollo de las competencias que les son propias.
Video sobre la cooperación al desarrollo de los gobiernos locales que desmonta algunos mitos preconcebidos
En el ámbito de la administración pública hay varios actores que trabajan en el campo de la cooperación:
Los gobiernos provinciales pueden ser un actor relevante en el ámbito de la cooperación descentralizada. Una de las diputaciones más activas del Estado español es la Diputación de Barcelona, que tiene como misión y prioridad acompañar y apoyar a los municipios de la provincia de Barcelona en el ámbito de las políticas públicas. Dentro de la Dirección de Relaciones Internacionales, la Oficina de Cooperación al Desarrollo gestiona el 0,7% del presupuesto de la corporación, mediante el cual:
En el caso de las comunidades autónomas, el órgano responsable de la política de cooperación al desarrollo varía de un lugar a otro. Existen fundamentalmente dos opciones: la dirección o subdirección general y el servicio administrativo. Algunos de estos gobiernos han creado también agencias autonómicas de cooperación, entidades públicas sometidas al derecho privado que facilitan la gestión. Además de la consejería donde se ubica esta competencia, en todas las comunidades hay otras consejerías que realizan acciones de cooperación.
En el caso catalán, existe, por un lado, la Dirección General de Cooperación al Desarrollo (DGCD), que se encuentra dentro del Departamento de Acción Exterior y Gobierno Abierto. Esta dirección es responsable de la formulación de esta política pública por parte de la Generalitat de Cataluña. La DGCD asegura la coordinación de las actuaciones de cooperación del conjunto del gobierno de la Generalitat, e impulsa la participación de los actores de la cooperación y la coordinación con otras administraciones públicas. Por otro lado, en el mismo departamento, la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo es el organismo responsable de gestionar las políticas de cooperación al desarrollo y acción humanitaria.
Para conocer lo que dedican a la cooperación al desarrollo las diferentes comunidades autónomas del Estado español, podéis consultar el informe Análisis de los presupuestos autonómicos 2022 elaborado por la Coordinadora de ONGD española.
Es la asociación de gobiernos locales de ámbito estatal con más implantación. Cuenta con una Comisión de Cooperación al Desarrollo que orienta su trabajo, por un lado, a potenciar y canalizar la voluntad de cooperación de los municipios, apoyando el fortalecimiento de sus estructuras y mecanismos de cooperación, y por otra, a cooperar con las instituciones homólogas de países en desarrollo en el fortalecimiento de la institucionalidad municipal, poniendo a su disposición la experiencia acumulada por los gobiernos locales en España en el proceso de descentralización y de gobernanza local.
Federación Española de Municipios y Provincias
La FEMP es la sección española del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE) y sede oficial de la Organización Iberoamericana de Cooperación Intermunicipal (OICI).
Existen nueve fondos de Cooperación y Solidaridad en el Estado español. Estos son organizaciones formadas por ayuntamientos y otras organizaciones municipalistas (diputaciones, consejos comarcales y mancomunidades) que destinan una parte de su presupuesto a financiar acciones de solidaridad y de cooperación al desarrollo.
Como marco de coordinación y de representación conjunta, estos se organizan en la Confederación de Fondos de Cooperación y Solidaridad.
Órgano directivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, adscrito a la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional, es el encargado de la formulación, la dirección estratégica, la ejecución, el seguimiento y la evaluación de la política de cooperación internacional para el desarrollo sostenible.
La ciudadanía tiene un papel destacado como agente de la cooperación en el estado español, ya sea en colaboración con las instituciones o de manera autónoma.
La Coordinadora de ONG para el Desarrollo, fundada en 1986, es la red estatal de organizaciones y plataformas sociales que trabajan en el ámbito del desarrollo, la solidaridad internacional, la acción humanitaria, la educación para la ciudadanía global y la defensa de los derechos humanos en cualquier lugar del mundo.
Además de las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo, hay movimientos sociales y vecinales, con diferentes niveles de formalización, que son activos en ámbitos relevantes como la solidaridad internacional, la justicia climática, el feminismo o la justicia global.
Integrado por la Diputación de Barcelona, quiere ser una herramienta al servicio de los gobiernos locales, regionales y otros actores vinculados a la acción internacional y la cooperación descentralizada en Europa y América Latina. Focaliza su trabajo en actividades de análisis y de investigación, publicación, formación y fomento de buenas prácticas.
Observatorio de Cooperación Descentralizada
De entre los agentes que contribuyen a la teoría y práctica de la cooperación en España, hay sindicatos, centros educativos, universidades, centros de investigación y divulgación, investigadores y consultores o la empresa privada. La evolución del enfoque de la cooperación hacia una mayor transversalidad y multilateralidad hace que los agentes implicados sean cada vez más diversos en todos los ámbitos.
En un inicio, la cooperación municipal a menudo respondía a voluntades individuales y era reactiva y poco reflexiva, basada en una suma de proyectos sin intención y desconectada del resto de las áreas municipales. No se tenía una visión clara sobre dónde se quería llegar ni cómo, hecho que lógicamente restaba eficacia, eficiencia e impacto. También restaba credibilidad y podía provocar cierto malestar entre la ciudadanía si se apoyaba a unas iniciativas y no a otras con criterios poco claros y transparentes.
Con el tiempo se ha ido consolidando la dimensión estratégica de las políticas de cooperación de los municipios. Han visto la importancia de actuar hacia unos objetivos concretos y de dotarse de una estrategia clara y coherente para lograrlos, alineada con la visión estratégica de ciudad, a medio y largo plazo, y que tenga en cuenta la especificidad del territorio, la proximidad con la ciudadanía y los agentes locales, y la realidad de allí donde se quiere cooperar.
Por eso cada vez más municipios emprenden procesos participativos de planificación estratégica y elaboran sus planes directores de cooperación. Estos documentos suelen tener una vigencia que a menudo coincide con una legislatura, pero pueden alcanzar hasta seis años.
Toda política hay que planificarla para que sea estratégica, integral y coherente.
En la definición de una política pública de cooperación no se pueden dar soluciones universales, aplicables a todos los municipios. La situación de cada ayuntamiento es singular y hay que tener presente que se ha generado a partir de un determinado equilibrio de fuerzas políticas y sociales, de una historia específica y de una experiencia particular en materia de cooperación (como la existencia o no de hermanamientos, la presencia de ciertos tipos de entidades y de ONGD, los mecanismos existentes de participación y concertación, etc.).
Condiciones y pautas para los procesos de planificación estratégica
Estos procesos de planificación estratégica suelen tener una duración de entre seis y nueve meses y para obtener buenos resultados hay que tener en cuenta las condiciones y pautas siguientes:
Para saber más, se pueden consultar las siguientes guías de la colección “Planificación estratégica de la política local de cooperación al desarrollo”, elaboradas por la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Diputación de Barcelona:
Resumen del proceso de elaboración de un plan municipal de cooperación al desarrollo
Si finalmente el plan director o las orientaciones estratégicas de cooperación se convierten en un documento resultado de un proceso participativo interno y externo del consistorio, que recoge un consenso general y el sentir de las diferentes partes y de las fuerzas políticas que han intervenido, es conveniente que este sea validado y aprobado por el pleno del ayuntamiento. De este modo se dotará de legitimidad y quedarán garantizados un compromiso firme y los recursos financieros y técnicos necesarios para su consecución.
Para saber más
Para saber cómo avanzar hacia una definición estratégica que permita a la cooperación descentralizada abordar los retos de un contexto complejo, se puede consultar la Guía de cooperación descentralizada para cargos electos, de la Oficina de Cooperación al Desarrollo (2020).
Todas las políticas que hacen los municipios generan impactos en el bienestar, los derechos y las expectativas de desarrollo de las personas que viven en otros países, especialmente en aquellos que son más vulnerables. Por lo tanto, una cooperación efectiva y transformadora no puede ser tarea, solo, de la concejalía de cooperación.
Impactos que generan nuestros municipios en otros países o a escala global:
El término “coherencia de políticas” remite a la necesidad de que las políticas de una misma administración, en este caso la local, no se contradigan y, por lo tanto, que estén alineadas a los mismos objetivos e intereses.
En el caso de la política de cooperación, el principio de la coherencia de políticas para el desarrollo (CPD) hace referencia a la idea de alinear el conjunto de políticas de una administración pública a los objetivos, principios y valores de la cooperación internacional a la hora de diseñarlas, implementarlas y evaluarlas. De esta manera se evita generar estos impactos negativos al exterior y malograr los resultados positivos que podrían estar obteniendo, por su parte, las actuaciones de cooperación.
Ejemplo
No tiene sentido hacer un proyecto de cooperación para combatir la pobreza en un país determinado si al mismo tiempo el ayuntamiento licita servicios de empresas que usan mano de obra esclava o infantil de aquel país con el que se coopera.
Según la OCDE, el principio de CPD garantiza que:
Además, los problemas que afrontan el planeta y la humanidad hoy en día son complejos y multidimensionales, y solo podrán resolverse de manera holística y transversal, es decir, desde todas las políticas y ámbitos de trabajo. Por lo tanto, la respuesta al desarrollo sostenible global es responsabilidad del conjunto de la administración y no únicamente de las áreas de cooperación al desarrollo y solidaridad.
Sabías que…
La CPD no es un principio al que se puedan adherir voluntariamente las administraciones, sino que es un compromiso legal que obliga. Además, está presente en diferentes textos políticos y jurídicos internacionales, como la Agenda 2030 y el Tratado de Lisboa de la UE, así como en las leyes autonómicas de cooperación internacional y los planes directores de cooperación de las administraciones supramunicipales. Finalmente, muchos municipios se han comprometido a cumplir este principio en sus planes directores de cooperación al desarrollo.
Para saber más
Infoanimación sobre Coherencia de políticas para el desarrollo, de la Diputación de Barcelona.
A partir de 2015, la Agenda 2030 amplía el concepto de CPD, que pasa a denominarse coherencia de políticas para el desarrollo sostenible (CPDS). A la lucha contra la pobreza del concepto tradicional de la CPD, se han añadido los aspectos de gobernanza, medioambiental y económico, y en el aspecto exterior se ha añadido el de carácter doméstico y local. Además, este nuevo concepto interpela a las administraciones públicas para que se considere sistemáticamente en el diseño, implementación y evaluación de sus políticas, sus efectos en el bienestar humano de las generaciones presentes en el territorio (aquí y ahora), en las generaciones futuras (impactos a medio y largo plazo) y en las personas que viven en otros países (dimensión exterior).
La OCDE define la CPDS como:
El procedimiento para integrar las dimensiones del desarrollo sostenible en el proceso de elaboración de políticas nacionales e internacionales mediante las acciones siguientes:
Esta ampliación del concepto de CPD a CPDS supone un reto, ya que la complejidad de ponerlo en práctica puede provocar que el foco se ponga únicamente en conseguir la coherencia en la implementación de los ODS en el ámbito local y a corto plazo, dejando de lado la dimensión exterior y a largo plazo. En este sentido, la política de cooperación al desarrollo puede hacer de palanca para promover cambios en el conjunto de las políticas y en los procesos de localización de los ODS que se llevan a cabo, y garantizar el enfoque transfronterizo y transformador a largo plazo de la Agenda 2030. De hecho, este es el enfoque que incorpora la nueva ley estatal 1/2023, de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Responsabilidad Global (art. 3).
Los gobiernos locales pueden hacer mucho para lo global desde sus competencias. Algunos ejemplos:
Para hacer realidad el principio de CPD y de CPDS, es necesario:
Para saber más
Para saber cómo integrar el enfoque de CPD en un proceso de planificación estratégica de la política municipal de cooperación al desarrollo, se puede consultar el documento “Pautas para transversalizar el enfoque de coherencia de políticas a los planes directores”.
Para saber más sobre transversalidad y cuál es el grado de transversalidad de vuestra política de cooperación para el desarrollo, se puede leer el contenido de La gestión transversal de las estrategias municipales de cooperación al desarrollo y hacer el test de autoevaluación.
La sensibilización de la ciudadanía del municipio sobre la realidad de los países “en desarrollo” fue durante años una parte auxiliar de la política de cooperación, a menudo instrumentalizada para generar apoyo ciudadano a la transferencia de recursos hacia estos países.
Esta visión ha quedado superada por la realidad del mundo en que vivimos. La educación se ha convertido en una herramienta imprescindible para responder a los retos que plantea el desarrollo sostenible, la defensa de los derechos humanos o la construcción de paz, ya que estas cuestiones son compartidas por toda la humanidad, se agravan con la desigualdad y tienen sus raíces en algunos valores y comportamientos instalados en nuestras sociedades.
En este contexto, la educación para la ciudadanía global (ECG) se reivindica como el proceso por el cual las personas desarrollan consciencia, capacidad crítica y compromiso con la construcción de un mundo más justo, solidario, sostenible y pacífico desde el conocimiento de las conexiones entre su contexto local, las dinámicas globales y las realidades aparentemente lejanas.
En palabras del diplomático coreano Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas entre 2007 y 2016:
La educación para la ciudadanía global aspira a ser un factor de transformación, inculcando los conocimientos, las habilidades, los valores y las actitudes que los educandos necesitan para poder contribuir a un mundo más inclusivo, justo y pacífico.
UNESCO, 2015.
La ECG es un ámbito en continua evolución y, aunque este es el concepto más ampliamente utilizado, en la actualidad conviven diferentes aproximaciones para referirse a ella:
La ECG tiene el objetivo de transformar nuestros municipios. Por ello:
Las iniciativas de ECG pueden tratar diferentes ejes temáticos, como:
Para las temáticas que trata la ECG, con frecuencia se puede trabajar y compartir esfuerzos con otras concejalías, en un campo en que la cooperación aporta la dimensión internacional de la responsabilidad y la solidaridad.
Para que una iniciativa se considere educación para la ciudadanía global, ha de incorporar una mirada internacional. Los temas han de tratarse desde una perspectiva que va más allá de la realidad local y que plantea conexiones con otras realidades del mundo, ya que el objetivo de la ECG es comprender las causas que hay detrás de la desigualdad y la vulneración de derechos para poder plantear alternativas.
Para saber más
Para conocer más experiencias concretas de ECG y localizarlas en su territorio se puede consultar:
La ECG no es solo transmisión de información y conocimientos. Para construir ciudadanía global también hay que trabajar, de manera integrada, identidades, sentimientos, actitudes y comportamientos.
Los gobiernos locales tienen un valor diferencial para trabajar la ECG en comparación con otros actores de cooperación.
Sabías que…
La Ley estatal de Cooperación para el Desarrollo y la Solidaridad Global, de 21 de febrero de 2023, en su artículo 35.6 6 reconoce «la especial capacidad de las comunidades autónomas y los entes locales, directamente o a través de otros actores, singularmente de las ONGD, centros educativos y universidades, para realizar tareas de Educación para el desarrollo sostenible y la Ciudadanía Global”.
La ECG es parte necesaria de la ciudad educadora, que va más allá del ámbito escolar para integrar el conjunto de agentes con potencial educativo del municipio y llegar a toda la población.
Para impulsar la ECG, hay que establecer alianzas con diferentes agentes:
Para saber más
Se puede consultar la publicación de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Diputación de Barcelona: Localización de la agenda 2030 y educación para la ciudadanía global: un diálogo imprescindible .
Los procesos de localización de la Agenda 2030 ofrecen una oportunidad para extender la ECG y trabajarla conjuntamente con otras áreas del ayuntamiento. Por su parte, la ECG aporta al municipio una mirada transformadora y asegura que las acciones locales se conecten con la dimensión global de los retos a los que hay que dar respuesta.
Sabías que…
El objetivo 4.7 de los ODS establece que se deben garantizar los conocimientos teóricos y prácticos sobre desarrollo sostenible, derechos humanos, equidad de género y ciudadanía global, entre otros.
La ECG es una prioridad en las políticas de cooperación al desarrollo, un instrumento para avanzar en el resto de los objetivos y un ámbito idóneo para poner en práctica dinámicas de trabajo transversal con otras concejalías.
En este apartado se trata con más detalle cómo se pueden aprovechar diferentes instrumentos y herramientas para hacer políticas de cooperación que sean realmente efectivas y transformadoras.
Para responder a las demandas ciudadanas del movimiento del 0,7% de los años noventa, los gobiernos locales se encontraron ante dos alternativas principales:
La segunda opción fue la que se adoptó mayoritariamente y confirió al ayuntamiento un papel de financiador de la cooperación no gubernamental. En la mayoría de los municipios medianos y grandes, el ayuntamiento lanzó una convocatoria de proyectos dirigida a las ONGD con presencia en el municipio y esta fórmula drenó la mayor parte de los recursos municipales destinados a la cooperación.
Se trataba, por tanto, de una cooperación indirecta, en la que la institución pública delegaba a las ONGD la concepción y realización de las acciones. Esta misma fórmula se aplicó posteriormente a la sensibilización, y se hizo una convocatoria específica de proyectos de sensibilización dirigida también a las entidades no gubernamentales del municipio.
A lo largo del tiempo, los gobiernos locales empezaron a manifestar la necesidad de que el ayuntamiento había de plantearse realmente construir y aplicar una política pública propia en el campo de la cooperación, de la misma manera que la institución local define y pone en marcha políticas públicas locales en los otros campos de competencia. Poco a poco se fue tomando conciencia de la especificidad de la cooperación. Se avanzó, pues, hacia una cooperación directa.
Hay que tener en cuenta que esta cooperación directa no se reduce a un cambio de titularidad. El punto más importante es el cambio de contenido que se deduce del hecho de pasar de una cooperación delegada y concebida como un apoyo a los grupos solidarios del municipio, a una cooperación pensada desde la lógica pública e integrada dentro del conjunto de las políticas públicas locales.
En general podemos decir que es una cooperación con determinadas características:
La cooperación directa es la promovida y dirigida desde la institución municipal, y expresa la especificidad y el valor diferencial de la cooperación pública local.
La cooperación entre municipios y territorios de diferentes países es aquella relación de trabajo que se establece para alcanzar objetivos de desarrollo consensuados.
La cooperación descentralizada, aunque a menudo implica la transferencia de recursos, no se limita a esto. Su naturaleza es más estratégica. Se trata de una relación que privilegia el diálogo y la colaboración, y dispone de un potencial de movilización y transformación. Una de las principales riquezas de la cooperación descentralizada es que constituye un espacio que propicia los intercambios técnicos en torno a las políticas públicas y que a menudo se enmarcan en un acuerdo institucional más amplio.
En función de aquello que se transfiere y el objeto de la relación de cooperación, hay dos tipos de cooperación:
El objetivo de la cooperación técnica consiste en la transferencia de conocimientos técnicos entre los gobiernos locales socios de dos o más países. La base de esta cooperación radica principalmente en procesos formativos o de acompañamiento sobre políticas y servicios de competencia municipal desarrollados por personal técnico de los municipios.
La cooperación técnica es una de las modalidades más características de la cooperación municipal con la que los municipios pueden aportar su valor diferencial. Permite explorar las potencialidades de la cooperación descentralizada en la medida en que se basa en el aprendizaje entre actores e instituciones que comparten problemáticas.
Los temas en que puede establecerse una relación de cooperación técnica entre municipios o territorios abarcan todos los aspectos de la vida local. Destacan los siguientes:
El proyecto EqualMED está impulsado por la Diputación de Barcelona. Nace con el objetivo principal de contribuir a la inclusión de la perspectiva de género en las políticas públicas locales en Marruecos y, en particular, promover la participación política de las mujeres en la esfera local. Participan 17 municipios de la provincia de Barcelona y 14 comunes marroquíes.
JUSUR es una actuación de cooperación en red liderada por cinco municipios del Baix Llobregat (Esplugues de Llobregat, Gavà, Sant Joan Despí, Sant Vicenç del Horts y Viladecans), diez comunes de la región de Marrakech-Safi (Marruecos) y la entidad marroquí IMADEL (Instituto Marroquí para el Desarrollo Local), que cuenta con el apoyo de la Diputación de Barcelona.
La relación entre los gobiernos locales de ambos territorios se inició el año 2011 con la finalidad de compartir experiencias en la definición e implementación de las políticas locales de proximidad y las políticas sociales. A lo largo de estos años se han llevado a cabo diversos procesos de formación e intercambios técnicos y políticos para compartir buenas prácticas y experiencias de éxito. La última fase del proyecto se focalizó en la promoción de la igualdad de oportunidades en el ciclo de vida de las mujeres.
Es una clase de cooperación que implica un traspaso de recursos financieros. Por tanto, tota la cooperación articulada a partir de subvenciones forma parte de esta modalidad. Podemos decir que la gran mayoría de la cooperación descentralizada responde a la categoría de cooperación financiera.
La cooperación canalizada por medio de las ONGD es cooperación financiera. En España, entre el 50% y el 80% de la cooperación descentralizada se canaliza a través de ONGD. En este modelo predominan los proyectos de cooperación como instrumento y las convocatorias públicas de concurrencia competitiva como criterio distributivo.
Las convocatorias públicas de subvenciones a ONGD a menudo comportan una gestión compleja a causa de las dificultades de justificar el gasto en según qué países que están en el punto de mira de la actual Ley de subvenciones. El reto que tenemos por delante es establecer fórmulas de financiación y justificación más eficientes y ágiles.
En resumen
La cooperación directa presenta grandes potencialidades, no solo porque establece un diálogo directo y horizontal entre gobiernos locales, sino porque puede implicar diversos agentes del territorio, hecho que da lugar a un marco de relación más amplio y diverso de cooperación territorial.
La cooperación directa se acostumbra a llevar a cabo por medio de la cooperación técnica, una de las modalidades de cooperación más características de la cooperación municipal a través de la cual los municipios aportan su valor diferencial.
Como hemos visto, la ECG es la modalidad de trabajo que nos invita a pensar qué cambios queremos impulsar en nuestros municipios para contribuir a un mundo más justo, pacífico y sostenible. Para hacerlo de manera realista y transformadora, conviene llevar a cabo las acciones siguientes:
Para saber como planificar esta disciplina con más detalle se puede consultar el documento Pautas para planificar la educación para la ciudadania global.
Recuerda
La ECG enriquece y empodera a la ciudadanía de pueblos y ciudades en favor de los derechos humanos, la paz y el desarrollo sostenible. Debe formar parte de los valores y las acciones de la estrategia de ciudad.
El liderazgo del ayuntamiento en la ECG facilita llegar al conjunto de la ciudadanía y que otras concejalías puedan incorporar estos contenidos para que sean parte del proyecto de ciudad. También permite implicar más a los actores locales y capitalizar los aprendizajes para superar las acciones puntuales y aisladas.
Hay muchas líneas de actuación posibles en función de la realidad del municipio y los objetivos que se fijen. A continuación se destacan algunas:
Pueden estar dirigidas a toda la población o a públicos concretos.
Ejemplo
Cada año, ayuntamientos de la provincia de Barcelona aprovechan el Día Mundial de Comercio Justo en el mes de marzo para impulsar una campaña comunicativa y programar actividades de promoción del comercio justo y el consumo responsable. Lo hacen con el apoyo de una entidad especializada, LaCoordi, y en muchos casos de manera conjunta entre las concejalías de cooperación y comercio.
Mediante catálogos de actividades, con el impulso de proyectos de aprendizaje o con el trabajo directo con los claustros, los ayuntamientos acercan contenidos de ECG a los centros educativos en colaboración con las organizaciones del consejo u otras especializadas.
Ejemplo
En el mes de enero, muchos ayuntamientos trabajan conjuntamente con los centros de primaria y secundaria de sus municipios para organizar actividades de promoción de paz en el marco del Día Escolar de la No Violencia y la Paz.
Con la finalidad de llegar a un público más amplio y no sensibilizado, el ayuntamiento puede organizar directamente o apoyar a alguna entidad para que organice actividades que lleven a la ECG al espacio público, como exposiciones guiadas en la calle o montajes teatrales sobre derechos humanos, refugio, etc.
Ejemplo
MURS, una reproducción de la valla de Melilla, es una acción de calle para sensibilizar sobre las consecuencias de la militarización de fronteras, la construcción de muros en las fronteras por todo el mundo y, especialmente, de la construcción de la Europa fortaleza.
También se puede hacer, de manera coordinada con la concejalía de cultura, que los contenidos de ECG estén presentes en acontecimientos relevantes del municipio que ocupen el espacio público, como festivales de música, cine, etc.
Para aquellas personas o actores interesados en profundizar en una temática o que pueden convertirse en multiplicadores, el ayuntamiento puede ofrecer formación más extensa, en formatos que se adapten a las especificidades locales y que motiven a los participantes.
Ejemplo
Ocho ayuntamientos de la provincia de Barcelona participan en un proyecto de LaFede.cat a través del cual ofrecen formación y acompañamiento a entidades locales que quieren incorporar contenidos de ECG en sus actuaciones.
Más allá de la sensibilización y la formación, también se pueden impulsar iniciativas que interpelen a la ciudadanía y la impliquen en la respuesta a los retos que plantea la ECG, como concursos de ideas o canales de diálogo con la ciudadanía.
Las diferentes actuaciones han de enmarcarse en líneas de trabajo estables para superar la lógica de programación de actividades e impulsar procesos de cambio en la ciudadanía.
La acción humanitaria es la asistencia diseñada para salvar vidas, aligerar el sufrimiento humano y mantener y proteger la dignidad humana amenazada por desastres causados por catástrofes naturales, conflictos o guerras. Se rige por cuatro principios:
Este concepto comprende la ayuda humanitaria y de emergencia, que responde a las situaciones de urgencia inmediata, y suele tener un marco temporal más limitado, normalmente de hasta 6 o, como máximo, 12 meses. En cambio, la acción humanitaria comprende una acción más prolongada y empieza después de haberse realizado la ayuda de emergencia.
La acción humanitaria y de emergencia acostumbra a ser la menos dotada económicamente por los gobiernos locales, a pesar de que la práctica totalidad de los municipios la incorpora como línea prioritaria en sus marcos de planificación y le dedica recursos. Por la naturaleza y complejidad de las actuaciones de acción humanitaria, la gran mayoría contribuye por medio de la aportación a organizaciones supramunicipales con más capacidad de gestión y reacción ante las crisis.
A pesar de que muchas veces se utilizan los términos acción humanitaria y ayuda humanitaria y de emergencia de manera indistinta, la acción humanitaria tiene un carácter más amplio y el objetivo de plantear el diseño y despliegue de estrategias integrales a más largo plazo.
Además de la provisión de bienes y servicios básicos para la subsistencia, comprende, sobre todo en contextos de conflicto, la protección de las víctimas y sus derechos fundamentales mediante trabajos como la defensa de los derechos humanos (advocacy), el testimonio, la denuncia, la presión política (lobby) y el acompañamiento.
Se trata de una forma de trabajo que puede ejercerse de manera individual o a través de redes internacionales en ámbitos diversos, como la paz, los derechos humanos, pero también en la cooperación descentralizada, la seguridad humana y en la definición de las agendas globales. Puede ser relevante en la mejora de la descentralización, la gestión de los asuntos locales y el fortalecimiento institucional y el apoderamiento mutuo. Por tanto, la cooperación descentralizada no se reduce a mantener relaciones bilaterales o a hermanamientos, sino que su acción sobrepasa el ámbito local y se globaliza mediante la capacidad conjunta de posicionarse, negociar e incidir sobre diferentes temáticas ante otros agentes, en procesos que hasta ahora se trataban en el ámbito estatal.
El Comité de las Regiones definió la diplomacia de ciudades como “el instrumento por medio del cual los gobiernos locales y sus órganos pueden fomentar a escala mundial la cohesión social, el medio ambiente sostenible, la prevención de las crisis, la resolución de conflictos, así como la labor de reconstrucción después de los conflictos, y todo ello con el objetivo de crear un entorno estable en el cual los ciudadanos y las ciudadanas puedan coexistir en paz, en un clima de democracia, progreso y prosperidad”.
Los principales instrumentos utilizados por los gobiernos locales para desplegar su política de cooperación son los siguientes:
Se trata del establecimiento de vínculos directos de solidaridad entre dos municipios en el ámbito de la cooperación internacional (a diferencia de los hermanamientos de tipo cultural y de amistad entre pueblos), con vocación de continuidad en el tiempo, que puede derivar en diversas formas de trabajo horizontal y de intercambio con diferentes intensidades.
Además de los vínculos institucionales, este tipo de instrumento promueve un acercamiento entre las respectivas comunidades. Precisamente, las primeras relaciones de cooperación internacional que se produjeron después de la Segunda Guerra Mundial adoptaron la modalidad de hermanamientos. Durante los años ochenta y noventa surgieron muchos hermanamientos-cooperación entre pueblos y ciudades españolas con otros principalmente de América Latina y el norte de África. Si bien algunos, con el paso del tiempo y los cambios políticos, han quedado obsoletos, otros todavía perduran después de algunas décadas de relación.
El proyecto, el instrumento más utilizado en la cooperación descentralizada, se caracteriza por un ciclo de intervención muy determinado en el tiempo y en el espacio. Se trata de un conjunto de actividades articuladas entre sí y de unos medios dirigidos a la consecución de un objetivo (satisfacción de una necesidad o resolución de un problema).
De una manera ideal, los proyectos se enmarcan en programas más amplios temporal y presupuestariamente que contribuyen a objetivos más generales.
Aunque las redes municipales son agentes en sí mismas, también pueden ser un instrumento. En el caso de las redes, estas las forman gobiernos locales que persiguen los mismos objetivos y mantienen relaciones horizontales sin jerarquía. Tienen su relevancia por motivos de gobernanza multinivel, ya que articulan la voz del ámbito local a la hora de incidir y negociar a favor de sus intereses; y porque favorecen la coordinación, la colaboración, el intercambio de experiencias y de información, y el fortalecimiento mutuo.
Además, las redes contribuyen a una mayor eficiencia y racionalidad en favorecer una mejor economía de escala y, a diferencia de las relaciones bilaterales (o los hermanamientos), presentan más flexibilidad y dinamismo y más capacidad de adaptación e impacto.
En esta categoría se incluyen aquellos instrumentos producto de la innovación y la capacidad de adaptación propia de la cooperación descentralizada, que por ahora no se encuentran definidos por los organismos internacionales, como los viajes de turismo responsable, las becas y la acogida en períodos de vacaciones de niños y niñas vulnerables de otros países.
Asimismo, se incluyen en este apartado instrumentos para la promoción de la coherencia de políticas para al desarrollo sostenible, como la compra pública ética y sostenible, destinada a modificar los pliegos de condiciones mediante la incorporación de criterios sociales y ambientales por delante del precio.
La política de cooperación al desarrollo de nuestros municipios y ciudades afronta numerosos retos y oportunidades. En este apartado abordamos cuatro de significativos:
La participación es una manera de gobernanza que se basa en el derecho de la ciudadanía a intervenir en la definición e implementación de las políticas municipales, y le permite formar parte de la resolución de problemas colectivos. Esta participación, que se puede dar en diferentes momentos (consulta, deliberación, decisión, implementación y evaluación), ayuda a los gobiernos locales a ofrecer mejores respuestas y disfrutar de un mayor grado de legitimidad.
En el caso de la política pública de cooperación al desarrollo, para que sea duradera y tenga efectos multiplicadores, habrá de implicar a la población y otros agentes más allá del gobierno local durante su concepción, implementación y evaluación. Pero, si bien la participación ciudadana ha de ser una prioridad de esta política, el reto está en conseguir adaptar sus prácticas a la realidad y las necesidades de la sociedad actual, que ha cambiado mucho desde que los municipios empezaron a hacer cooperación y se consiguió la construcción colectiva de la política de cooperación al desarrollo.
Recuerda
Como hemos visto, en muchos municipios españoles la ciudadanía fue clave en la conformación de esta política gracias al impulso de las movilizaciones por el 0,7% que tuvieron lugar a mediados de los años noventa.
Precisamente, este carácter participativo es una de las características fundamentales y el valor diferencial de la cooperación descentralizada. La proximidad con la ciudadanía sitúa el gobierno local en una mejor posición para conocer el territorio, sus agentes y sus necesidades, y para movilizar a los agentes locales más adecuados y establecer un marco de relaciones con ellos. Esta característica se ve potenciada en los municipios pequeños y medianos, precisamente por el menor tamaño y porque la ciudadanía actúa a menudo como una extensión del poder público local.
En todos los casos, la educación para la ciudadanía global es la modalidad más bien posicionada para aprovechar esta ventaja.
Los procesos de planificación estratégica que emprenden los municipios se hacen de manera participativa con los agentes del territorio y se convierten en oportunidades de cocreación de la política. Para ello se utilizan diferentes mecanismos, como cuestionarios, entrevistas, grupos focales, talleres de debate, etc. Además, los planes directores y las orientaciones estratégicas que se elaboran en estos procesos determinan los mecanismos de participación y concertación con la sociedad civil organizada en este ámbito para la ejecución de las iniciativas. Posteriormente, su evaluación se hace a menudo también de manera participativa.
Los consejos municipales han sido la modalidad más común de órgano de participación ciudadana de los gobiernos locales en el ámbito de la cooperación al desarrollo. Desde un principio, los ayuntamientos se han dotado de estos órganos formales y estables, mayoritariamente denominados Consejos municipales de cooperación y solidaridad, con sus reglamentos, pero también han optado por otros mecanismos más informales, como mesas de solidaridad, comisiones de trabajo, etc.
Consejos municipales de cooperación y solidaridad
Estos consejos, mesas o comisiones suelen estar formados, además de por los representantes del ayuntamiento, por organizaciones de cooperación del municipio, representantes de las diferentes fuerzas políticas del consistorio y personas a título individual con reconocida trayectoria en este ámbito, pero también pueden formar parte otro tipo de agentes, como representantes del mundo educativo y juvenil, asociaciones de vecinos, etc.
Entre las funciones de estos órganos de participación destacan las consultivas, deliberativas, informativas, de asesoramiento, de elaboración de propuestas y de seguimiento y control de la política de cooperación al desarrollo del ayuntamiento. Asimismo, pueden tener funciones de implementación de campañas y proyectos, de difusión, de planificación y diseño de las acciones.
En algunos casos, estos órganos elaboran normativa, reglamentación y bases de convocatorias y elevan propuestas de financiación y distribución de los recursos del 0,7% entre las entidades.
En general, estos órganos tienen décadas de funcionamiento y trayectoria. Mientras que algunos se han convertido en verdaderos espacios deliberativos y de construcción estratégica y colectiva de la política, en que se ha fomentado el debate y la reflexión, otros se han limitado a una función informativa y consultiva de lo que hace el ayuntamiento en este campo y de distribución del presupuesto entre los mismos miembros, y han prevalecido los intereses particulares sobre los generales.
Además, hay que evitar que estos consejos se queden anquilosados en el pasado y favorecer la participación de otro tejido social, como organizaciones ecologistas, de economía social, organizaciones culturales, de comercio justo, los movimientos feministas, los productores locales, entre otros, hecho que permitiría aprovechar su potencial para responder a los retos locales y globales del desarrollo con un enfoque de coherencia de políticas.
Otorgar mayor protagonismo a los agentes de la sociedad civil no ha de significar, en ningún caso, que la administración renuncie a liderar esta política y, por tanto, a ejercer su responsabilidad y utilizar sus recursos.
Situación |
Muy baja |
Baja |
Media |
Alta |
Muy alta |
El gobierno local solo comunica esporádicamente lo que hace en el ámbito de la cooperación y/o colabora puntualmente con los agentes para hacer actividades que el mismo gobierno define y coordina. |
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El gobierno local a menudo consulta a los agentes locales sobre las actividades de cooperación que pueden afectarlos. |
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El gobierno local mantiene un diálogo con los agentes por medio de mecanismos formales y periódicos (reuniones) o bien informa, consulta y distribuye el presupuesto en el marco del consejo de solidaridad u órgano similar integrado fundamentalmente por entidades de cooperación. |
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La estrategia de cooperación del gobierno local se diseña mediante un proceso participativo abierto a gran parte de los agentes sociales y se establecen mecanismos de concertación, colaboración y trabajo conjunto con estos para desplegar la política. |
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Existe un verdadero espacio de gobernanza, deliberativo y de construcción estratégica y colectiva de la política, integrado por una red variada de agentes locales no exclusivamente de cooperación, que trabajan de manera horizontal y con una relación de igualdad con el gobierno local, con voluntad de generar empoderamiento y transformación social. |
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A escala global, la igualdad efectiva entre hombres y mujeres continúa siendo más bien un objetivo que una realidad, a pesar de que los principios de igualdad y no discriminación son pilares fundamentales de los derechos humanos.
La perspectiva de género es aquel enfoque de trabajo que considera no únicamente las experiencias y las visiones de los hombres, sino que implica tener en cuenta las preocupaciones y las experiencias de las mujeres, igual que las de los hombres, con la finalidad de que no se perpetúe la desigualdad. Es decir, persigue la igualdad de género.
Según la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW) de Naciones Unidas (1979), hay que explicitar la perspectiva de género en todas las actuaciones para evitar que las desigualdades entre hombres y mujeres queden invisibilizadas bajo perspectivas más genéricas, como ha ocurrido históricamente y, por tanto, hay que tener en cuenta las desigualdades de género.
En el campo de la cooperación al desarrollo, incorporar la perspectiva o la transversalidad de género implica tener en cuenta las desigualdades entre hombres y mujeres en el diseño, la ejecución, el seguimiento y la evaluación de las actuaciones con el fin de disminuirlas.
Destaca, por un lado, el papel de las Naciones Unidas. El punto de inflexión se marcó con la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres celebrada en Pekín (China) en 1995, en que se fijaron las prioridades y áreas de trabajo para hacer frente a las desigualdades de género a escala global con la transversalidad de género y el empoderamiento de las mujeres, concepto que se focaliza en las mujeres para que sean agentes activas de su desarrollo.
La Agenda 2030 incluye la perspectiva de género en el ODS 5: Conseguir la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas . Sin embargo, ha habido voces críticas sobre el hecho de encasillar un objetivo tan transversal.
Una de estas voces es la Agenda 2030 Feminista , una iniciativa que reflexiona sobre la necesidad de un enfoque global en que todos los ODS se impregnen de la perspectiva de género y conseguir así un impacto más transformador.
Por otro lado, la Ley estatal 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en su artículo 32, insta a la política de cooperación al desarrollo a incorporar el principio de igualdad:
Artículo 32. Política española de cooperación para el desarrollo
1. Todas las políticas, planes, documentos de planificación estratégica, tanto sectorial como geográfica, y herramientas de programación operativa de la cooperación española para el desarrollo, incluirán el principio de igualdad entre mujeres y hombres como un elemento sustancial en su agenda de prioridades, y recibirán un tratamiento de prioridad transversal y específica en sus contenidos, contemplando medidas concretas para el seguimiento y la evaluación de logros para la igualdad efectiva en la cooperación española al desarrollo.
Las estrategias de desarrollo no son neutras en relación con el género y tienen consecuencias potencialmente positivas y negativas para mujeres y hombres, de la misma manera que las acciones de desarrollo son más eficaces si tienen en cuenta las diferencias y desigualdades.
Las desigualdades de género interactúan simultáneamente con otras características o condiciones que se entrecruzan con otras formas de discriminación como el origen étnico o la nacionalidad, la edad o la orientación sexual, entre otras que se agravan y empeoran el ejercicio pleno de los derechos humanos. El enfoque de género pone especial énfasis en estas interseccionalidades.
La interseccionalidad es un marco teórico que explora los sistemas de opresión y privilegio que condicionan a las persones y que nos ayuda a alejarnos de la idea de que las mujeres son un grupo homogéneo, y refuerza que su vivencia está muy relacionada con los diferentes ejes de discriminación, los privilegios y el contexto (la realidad de cada territorio).
El hecho de que la igualdad de género sea una temática priorizada no implica que se esté incluyendo la perspectiva de género de manera adecuada, sino que la transversalidad de género continúa siendo necesaria. Del mismo modo, trabajar con mujeres no significa que automáticamente se tengan en cuenta los aspectos relacionados con la desigualdad de género desde un enfoque de derechos humanos, ya que se pueden impulsar proyectos exclusivos para mujeres que tengan un efecto muy negativo en las relaciones de género y refuercen su posición de subordinación.
Asimismo, los hombres son un elemento clave para el cambio en las relaciones de género. Trabajar con ellos es imprescindible para eliminar las causas estructurales de la desigualdad de género y modificar la percepción “tradicional” de los “roles” de género.
El enfoque basado en derechos humanos es un marco conceptual desarrollado por Naciones Unidas que se puede aplicar a cualquier política pública, en tanto que sitúa el respeto, la protección y la garantía de los derechos humanos en el centro de los procesos de desarrollo humano sostenible en cualquier ámbito y lugar del mundo.
Sabías que…
El enfoque de género basado en derechos humanos es uno de los cinco principios rectores establecidos en el Marco de Cooperación de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (2019).
Es especialmente relevante para la política de cooperación internacional el potencial transformador que tiene esta manera de mirar y analizar el mundo. La adopción del enfoque basado en los derechos humanos en la cooperación descentralizada tiene implicaciones tanto para la planificación como para la identificación de las iniciativas concretas que se deriven de esta:
El fortalecimiento de las capacidades de los agentes, la transformación de las relaciones de poder, la lucha contra la discriminación y la participación serán elementos clave de las iniciativas que se impulsen con este enfoque.
Recuerda
El enfoque de género, basado en derechos humanos y aplicado a la política de cooperación local, proporciona un marco que se puede compartir con otras concejalías y orienta a la hora de impulsar líneas de trabajo más transformadoras.
Para saber más
MASFERRER, M.; ORENGA, J. y PALACIOS, A. (2018) La aplicación del Enfoque de Género y Basado en los Derechos Humanos EGyBDH en la cooperación para el desarrollo. Instituto de Derechos Humanos de Cataluña.
Vídeo Nuevos repertorios de acción política local en protección internacional de los Derechos Humanos, REDS.
La comunicación es una herramienta clave de transparencia y rendición de cuentas a la ciudadanía en todas las políticas públicas. Pero en el caso de las políticas de cooperación, especialmente, una buena comunicación es de vital importancia. Sin embargo, por diversos motivos, el hecho de comunicar la cooperación no ha sido un objetivo principal de los departamentos de cooperación municipales y no siempre se ha comunicado o no se ha comunicado de manera eficaz.
En este apartado destaca el papel que hace la comunicación, no solo como ejercicio de transparencia e información, sino también para conseguir que la política pública de cooperación tenga éxito.
Estos son algunos de los aspectos esenciales que hay que saber para trabajar en la comunicación de cooperación:
Los medios públicos tienen el objetivo de rendir cuentas a la ciudadanía y de promover la propia acción municipal. Pero más allá de entender la comunicación estrictamente como información sobre actividades, cifras o datos, en el caso de la cooperación, además, hay que construir un relato.
Como se desprende de diferentes estudios, hay un alto grado de desconocimiento de las políticas de cooperación al desarrollo locales por parte de la ciudadanía, incluso del hecho mismo de que los municipios lleven a cabo acciones de cooperación. Además, el conocimiento de la temática por parte de la población parece, por lo general, escaso, y muchas veces la cooperación se asocia al asistencialismo o la ayuda humanitaria.
Una de las consecuencias más peligrosas de este hecho, y aún más en momentos de crisis como el actual, es la percepción que tiene la ciudadanía sobre la cooperación misma y el sentimiento de despilfarro de los recursos económicos que se destinan a las políticas de cooperación. Esta percepción se refuerza con la desinformación y los argumentos de “primero los de casa”, “la ayuda nunca llega realmente donde la enviamos”, o “no quieren desarrollarse”, muy utilizados por partidos populistas con un claro trasfondo xenófobo.
En este contexto, es importante una comunicación de la cooperación que vaya más allá de la transparencia y la rendición de cuentas: mejorar la comunicación de la cooperación es un paso fundamental para mejorar la salud de la política de cooperación municipal.
Hay que buscar nuevas maneras de explicar la cooperación que vayan más allá de la información simple y repetitiva sobre proyectos de cooperación y actividades de captación de fondos. Hay que transmitir un mensaje de defensa de las políticas de cooperación locales como política pública que nos ayuda a cohesionarnos en todos los ámbitos, y que se apoya y se refuerza en los valores democráticos. Es necesaria, pues, una comunicación que tenga impacto, que ayude a construir un relato de consenso en que se inserte la cooperación, para conseguir las adhesiones y compromisos de la ciudadanía y las instituciones.
Los retos del desarrollo son cada vez más complejos e interconectan estrechamente las problemáticas globales y las locales. Las diversas crisis globales impactan en la vida de nuestros municipios y plantean nuevas relaciones de interdependencia entre la esfera internacional y la local. En contraposición a esta realidad, son pocas las noticias que tratan las causas de los problemas y que se contextualizan adecuadamente. Se echa de menos un enfoque de derechos y una perspectiva desde la justicia global.
En este escenario, cabe entender la comunicación como parte imprescindible de un proceso educativo para una ciudadanía global activa y comprometida con el desarrollo. Hay que renovar discursos y actualizar las narrativas sobre cooperación —superar la visión eurocéntrica y asistencialista, evitar la victimización y los estereotipos— y transitar hacia discursos transformadores basados en la justicia global y los derechos humanos.
La comunicación de la cooperación ha de servir para sensibilizar y educar a la ciudadanía en la comprensión de las problemáticas de carácter global y que pueda asociarlas con las problemáticas locales. En este sentido, comunicar la política pública de cooperación ha de ser una herramienta de incidencia y de transformación social.
Hasta ahora hemos hablado de comunicar la cooperación a la ciudadanía, pero también es importante hablar de la comunicación interna. La política de cooperación no es una política aislada del resto y tiene muchos elementos que se entrecruzan y se complementan con otras políticas municipales.
Para que la estrategia de comunicación externa de la cooperación tenga éxito, es recomendable trabajar la comunicación dentro de las áreas y departamentos. Hay que mejorar la apropiación de la política de cooperación y del discurso de defensa de la cooperación por parte de tota la corporación. Solo de esta manera se puede garantizar el carácter transversal de la cooperación y contribuir así a la coherencia de políticas en la entidad local.
En clave interna, es importante también establecer quién lleva el peso comunicativo de la cooperación dentro del ayuntamiento. Hay que encontrar espacios de confluencia que ayuden a mejorar los contenidos que se generan y, si es necesario, implementar protocolos de trabajo entre el personal técnico de cooperación y de comunicación del ayuntamiento.
Para conseguir comunicar la cooperación de manera eficaz, es importante diseñar una estrategia de comunicación de la cooperación. La planificación de la comunicación ayudará a identificar los agentes, los mensajes, los públicos y los canales más útiles según los objetivos comunicativos de cada municipio, y también ayudará a mejorar la articulación y la colaboración entre los agentes de la cooperación y los otros agentes del tejido asociativo municipal.
La estrategia de comunicación ayudará a definir los aspectos siguientes:
Para saber más
Para más información, puede consultarse:
AECID. Guía de la AECID para la transversalización del enfoque de género. Madrid, 2015.
Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo. Enfocament de gènere i basat en Drets Humans (EGiBDH). Generalitat de Catalunya.
Agenda 2030 para al Desarrollo Sostenible. Asamblea General de la ONU.
Bridge 4.7. Educación para la ciudadanía mundial (ECM) para futuros inciertos. 2019.
CARRILLO, M. Las razones de la cooperación. Guía para la defensa de la cooperación al desarrollo desde los municipios. Fons Català de Cooperació al Desenvolupament. Barcelona, 2003.
Colectivo La Mundial. Guía de cooperación descentralizada para cargos electos. Colección Herramientas. Serie Administración Local. Diputación de Barcelona. Barcelona, 2020.
Diputación de Barcelona. Página web de la Dirección de Relaciones Internacionales.
Diputación de Barcelona. Repensant la participació de la ciutadania al món local. Col·lecció Documents de treball. Sèrie Igualtat i Ciutadania, 21. Barcelona, 2015.
Diputación de Barcelona. La cooperació al desenvolupament dels municipis petits i mitjans de la província de Barcelona: condicionants, reptes i oportunitats. Col·lecció Estudis. Sèrie Administració Local, 1. Barcelona, 2021.
Diputación de Barcelona. La gestión transversal de las estratagias municipales de cooperación al desarrollo. Una herramienta para la autovaloración. Barcelona, 2021.
Diputación de Barcelona. Pautas metodológicas generales para la elaboración de un plan municipal de cooperación al desarrollo. Barcelona, 2021.
Diputación de Barcelona. Infoanimación. La coherencia de políticas para el desarrollo. Barcelona, 2021.
Diputación de Barcelona. Pautas para transversalitzar el enfoque de coherencia de políticas para el desarrollo. Barcelona, 2023
Confederació de Fons de Cooperació i Solidaritat. “Municipalisme i solidaritat. Guia de la cooperació descentralitzada. Part IV. Instruments tecnopolítics”, 2001.
Fundación SM. Ciudadanía global. Una visión plural y transformadora de la sociedad y de la escuela. Volum I. Madrid, 2020
HEGOA. Diccionario de acción humanitària y cooperación al desarrollo. Bilbao, 2020.
HEGOA. Educación para la ciudadanía global. Debates y desafíos. Bilbao, 2009.
Institut de Drets Humans de Catalunya. Derechos Humanos y Desarrollo. El Enfoque Basado en Derechos Humanos en la Cooperación al Desarrollo - EBDH. Barcelona, 2014.
Institut de Drets Humans de Catalunya. La aplicación del Enfoque de Género y Basado en los Derechos Humanos (EGyBDH) en la cooperación para el desarrollo. Guía Práctica. Barcelona, 2018.
La Fede.cat. (2020) Educar per futurs alternatius. Guia d’Educació per a la Justícia Global.
La Fede.cat. La comunicació de la cooperació local. Diagnòstic a 10 municipis de la província de Barcelona.
La Fede.cat. “Vademécum para una información internacional responsable”. 2018.
Llei 26/2001, de 31 de desembre, de cooperació al desenvolupament. Textos legislatius, 18. Parlament de Catalunya. Barcelona, 2001.
MALÉ, J.P. Especificidades de la cooperación descentralizada pública. Actores, contenidos y modelos. Montevideo, mazo de 2006.
MUÑOZ, Judith. “Per què educar en ciutadania global des dels nostres municipis?”. Butlletí #InternacionalDiba, núm. 75. Barcelona, 2022.
SANTOLINO, M. et al. Conferència “Hacia una estrategia compartida de comunicación para el desarrollo desde las políticas de cooperación de la comunidad valenciana”. Valencia, 2017.
TERMCAT. Diccionari de cooperació al desenvolupament. Diccionari en línia del Termcat, 2015.
UNESCO. Educación para la ciudadanía mundial. Web de la Unesco.
UNESCO (2015). Educación para la ciudadanía mundial: temas y objetivos de aprendizaje, París: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 15.
Unión Europea. Comité de las Regiones. Dictamen del Comité de las Regiones sobre el tema “diplomacia de las ciudades”. 2009/C 120/. Diario Oficial de la UE.
World Inequality Lab. Informe sobre la desigualtat mundial 2022.
Zapata, E. Manual práctico para internacionalitzar la ciudad. Guía para la acción exterior de los gobiernos locales y la cooperación descentralitzada Unión Europea – América Latina. Volumen 1. Barcelona: Diputación de Barcelona, 2017.
Gran parte de este recurso se ha elaborado sobre la base de la Guía de cooperación descentralizada para cargos electos, del Colectivo La Mundial.
Asistencia diseñada para salvar vidas, aliviar el sufrimiento humano y mantener y proteger la dignidad humana amenazada en desastres causados por catástrofes naturales, conflictos o guerras. Se rige por los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia. Comprende una acción prolongada que empieza después de haberse realizado ayuda humanitaria y de emergencia.
Conjunto de contactos, relaciones de trabajo e intercambios que los gobiernos locales mantienen con instituciones locales de otros países, incluidas las de cooperación al desarrollo.
Acuerdo dentro del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero a partir del año 2020. El acuerdo fue negociado durante la XXI Conferencia sobre el Cambio Climático de París y adoptado para 195 países, el 12 de desembre de 2015.
Asociación de familias de alumnos.
Acuerdo internacional adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2015 que plantea 17 objetivos de desarrollo sostenible relativos a una multiplicidad de aspectos (economía, medio ambiente, desigualdades, instituciones, equidad de género, ciudades y comunidades sostenibles, paz, etc.) y 169 objetivos asociados. Esta agenda es un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. Plantea una aproximación holística, integral y universal de las problemáticas globales y del propio desarrollo y reclama responsabilidades comunes para todos los países.
Consensos sobre determinadas temáticas, acordados por el conjunto de los países de la comunidad internacional generalmente reunidos en una cumbre, que contienen objetivos y metas para cumplir en un espacio temporal.
Disposición asistencial del Estado o de determinadas asociaciones benéficas a persones sin recursos. Este tipo de asistencia a menudo es considerada poco conveniente, porque no aporta la solución de los problemas sociales de las personas más necesitadas en tanto que no ataca la raíz del problema y perpetúa la situación de vulnerabilidad.
Asistencia diseñada para salvar vidas, aliviar el sufrimiento humano y mantener y proteger la dignidad humana amenazada en desastres causados por catástrofes naturales, conflictos o guerras. Se rige por los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia. Responde a las situaciones de urgencia inmediata y suele durar unos seis meses o, como máximo, un año.
Flujos que las agencias oficiales, incluidos los gobiernos estatales y locales, destinan a países en desarrollo y a las instituciones multilaterales con el objetivo principal de promover el desarrollo económico y el bienestar de los países en desarrollo. Son de carácter concesional y contienen un elemento de donación al menos del 25%.
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres.
Consejo de Municipios y Regiones de Europa.
Ciudades y Gobiernos Locales Unidos.
Principio que promueve la integración de las dimensiones del desarrollo sostenible en el proceso de elaboración de políticas nacional e internacionales, mediante el fomento de las sinergias y la maximización de beneficios en los sectores de la política económica, social y medioambiental; la búsqueda del equilibrio de los objetivos de política doméstica con los ODS reconocidos internacionalmente; y el tratamiento de las repercusiones transfronterizas a largo plazo de las políticas, incluidas aquellas que probablemente afecten a los países en desarrollo.
Principio de política de desarrollo internacional que tiene la finalidad de considerar los objetivos de la cooperación al desarrollo en las políticas exteriores y domésticas en áreas que probablemente afectarán a los países en desarrollo.
Parte fundamental de la contratación de bienes y servicios de las administraciones públicas que introduce criterios éticos y sostenibles relativos al aspecto ambiental y el cumplimiento de convenciones internacionales y estándares sobre condiciones laborales dignas, salarios mínimos, derechos de los trabajadores, lucha contra el trabajo infantil.
Órgano local de participación ciudadana propia del ámbito de la cooperación al desarrollo, que puede adoptar diferentes nombres según el municipio. Está conformado por representantes de la ciudadanía organizada, partidos políticos y personalidades relevantes, generalmente tiene funciones consultivas, deliberativas, informativas y de asesoramiento, pero también puede tener funciones en la construcción de la política y la elaboración de propuestas, seguimiento y control del ayuntamiento.
Conjunto de actuaciones realizadas para actores públicos y privados destinadas a promover el progreso económico y social, el desarrollo sostenible, la reducción de la pobreza y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres de terceros países o regiones, y a incidir sobre las causas que generan desigualdades desde el territorio a través de la educación para la ciudadanía global.
Tipo de cooperación en que los gobiernos donantes canalizan sus fondos de cooperación al desarrollo directamente hacia los receptores, ya sean los gobiernos de los países receptores u otras organizaciones.
Cooperación que se delega a entidades intermediarias que asumen la gestión principal de los recursos, la concepción de las acciones y el protagonismo en la ejecución, sea de cooperación con otros países y territorios o de acción humanitaria y de emergencia. Por tanto, el principal papel del gobierno local en este caso es el de financiador y de hacer el seguimiento de las acciones. Este apoyo financiero se puede destinar a la actividad de las organizaciones de la sociedad civil (generalmente son ONGD y a través de una convocatoria de concurrencia competitiva u otras fórmulas de concertación) o a contribuir en estructuras y redes municipales.
Cooperación al desarrollo promovida por entidades públicas subestatales. Algunas definiciones incluyen en este tipo de cooperación la cooperación promovida por entidades de la sociedad civil. Según el Observatorio de la Cooperación Descentralizada, esta es una modalidad de cooperación liderada por las entidades locales, necesaria y complementaria a la cooperación bilateral y multilateral, cuyos objetivos e instrumentos permiten avanzar hacia formas de cooperación más simétricas, en que la reciprocidad y el aprendizaje mutuo se convierten en ejes centrales de las relaciones entre gobiernos locales.
Cooperación en la que el gobierno local mantiene relaciones directas de apoyo y colaboración con autoridades e instituciones locales del sur global, sin actores intermediarios; por tanto, es responsable directo junto con el socio de la concepción, la planificación y la ejecución de la cooperación. Esto no implica siempre la ausencia de otros actores, pero en cualquier caso estos no hacen de intermediarios ni canalizan los recursos, en cambio, sí que pueden tener un papel en la definición, el acompañamiento, el asesoramiento, la dinamización o el seguimiento del proceso de cooperación.
Toda aquella cooperación al desarrollo que implica un traspaso de recursos financieros (donaciones, contribuciones oficiales a instituciones de cooperación financiera, préstamos o la condonación de la deuda).
Cooperación en que hay entidades intermediarias que asumen la gestión principal de los recursos, la concepción de las actuaciones y el protagonismo en la ejecución, sean de cooperación con otros países y territorios o de acción humanitaria y de emergencia. Por tanto, el papel principal del gobierno local, en este caso, es el de financiador y de hacer el seguimiento de las acciones. Este apoyo financiero se puede dar a actuaciones de las organizaciones de la sociedad civil (generalmente ONGD y a través de convocatorias de concurrencia competitiva u otras fórmulas de concertación) o a contribuir en estructuras y redes municipales.
Conjunto de actuaciones realizadas por actores públicos y privados destinadas a promover el progreso económico y social, el desarrollo sostenible, la reducción de la pobreza y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres de terceros países o regiones, y a incidir sobre las causas que generan desigualdades desde el territorio a través de la educación para la ciudadanía global.
Tipo de cooperación en que los gobiernos canalizan sus fondos de cooperación al desarrollo hacia las organizaciones multilaterales con el fin de que estas los utilicen en la financiación de sus actividades, de manera que la gestión queda en manos de las instituciones públicas internacionales y no de los gobiernos donantes.
Cooperación directa que implica a los diferentes agentes del territorio y no únicamente a la administración pública local.
Toda aquella cooperación internacional centrada en el intercambio de conocimientos de relevancia para los procesos de desarrollo, con la finalidad de aumentar las capacidades de instituciones y personas, y promover la mejora económica y social de la población. Se lleva a cabo, por ejemplo, mediante acciones, programas o proyectos de formación, educación, investigación, desarrollo tecnológico, prestación de expertos, asesoramiento o consultoría en diversos ámbitos.
Conferencia denominada oficialmente “Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo” que tuvo lugar en Río de Janeiro, Brasil, el 13 y el 14 de junio de 1992. Reunió a 110 jefes de Estado y de gobierno de 178 países y contó con la presencia de unos 2.400 representantes de ONG. Continuaba el trabajo iniciado en la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente celebrada a Estocolmo en 1972. Se adoptó un texto de 27 principios titulado “Declaración de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo”, que precisa la noción de desarrollo sostenible.
Encuentros internacionales que celebran periódicamente un conjunto de grandes urbes comprometidas con el cambio climático, agrupadas bajo el nombre de C40, para llegar a acuerdos relativos a la reducción de las emisiones de los principales sectores responsables de la crisis climática (transporte, edificios, industria y residuos) y mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 ºC, objetivo establecido por el Acuerdo de París.
Las Naciones Unidas lo definieron en la Declaración de la Cumbre de la Tierra de 1992 como “aquel desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para que puedan atender sus propias necesidades”. El desarrollo sostenible, en lugar de considerar solo el desarrollo económico, como se hacía antes, necesita forzosamente un desarrollo ecológico y social.
Dirección General de Políticas de Desarrollo Sostenible.
Diputación de Barcelona
Instrumento a través del cual los gobiernos locales y sus órganos pueden fomentar a escala mundial la cohesión social, el medio ambiente sostenible, la prevención de las crisis, la resolución de conflictos, así como el trabajo de reconstrucción después de los conflictos, y todo con el objetivo de crear un entorno estable en el cual los ciudadanos y ciudadanas puedan coexistir en paz, en un clima de democracia, progreso y prosperidad.
Proceso por el cual las persones desarrollan conciencia, capacidad crítica y compromiso con la construcción de un mundo más justo, solidario, sostenible y pacífico desde el conocimiento de las conexiones entre su contexto local, las dinámicas globales y las realidades aparentemente lejanas. En la actualidad conviven diferentes aproximaciones para referirse a ella: educación para al desarrollo, educación para a la justicia global, educación para la ciudadanía mundial o educación para la transformación social.
Marco conceptual que sitúa el respeto, la protección y la garantía de los derechos humanos en el centro de los procesos de desarrollo humano sostenible en cualquier ámbito y lugar del mundo.
En el ámbito de desarrollo sostenible, es aquel que presupone una actuación desde todas las gradaciones de gobierno, desde el nivel global hasta al local.
Concepción según la cual se considera Europa como centro de la historia y de la civilización humanas. El eurocentrismo engloba la actitud de juzgar o estudiar cualquier fenómeno desde la óptica de Europa, en especial los acontecimientos históricos, las costumbres y los valores de otros pueblos. El eurocentrismo comporta una concepción sesgada que implica creer que la civilización europea (y, por extensión, la cultura occidental) es superior a las demás.
Fondo Catalán de Cooperación al Desarrollo.
Federación Española de Municipios y Provincias.
Federación de Municipios de Cataluña.
Trabajo en asociación entre los diferentes niveles de gobierno (desde el global hasta el local).
Establecimiento de vínculos directos de solidaridad entre dos municipios en el ámbito de la cooperación internacional, con vocación de continuidad en el tiempo, que puede derivar en diversas formas de trabajo horizontal y de intercambio con diferentes intensidades. Además de los vínculos institucionales, este tipo de instrumento puede promover un acercamiento entre las respectivas comunidades.
Estudio de las identidades sociales encabalgadas o intersecadas y sus respectivos sistemas de opresión, dominación o discriminación. La teoría sugiere y examina cómo diversas categorías biológicas, sociales y culturales, como la edad, el género, la etnia, la clase, la discapacidad, la orientación sexual, la religión, la casta, la nacionalidad y otros ejes de identidad, interaccionan en múltiples y a menudo simultáneos niveles. La teoría propone que hay que pensar cada elemento o rasgo de una persona como inextricablemente unido con todos los otros elementos para poder comprender de manera completa la propia identidad. Este marco puede emplearse para comprender cómo sucede la injusticia sistemática y la desigualdad social desde una base multidimensional.
Grupo de presión organizado a favor de determinados intereses. En el campo de la cooperación se trata de una forma de trabajo que puede ser ejercida de manera individual o a través de redes internacionales en ámbitos diversos, como la paz, los derechos humanos, pero también en la cooperación descentralizada, la seguridad humana y en la definición de las agendas globales. Asimismo, puede ser relevante en la mejora de la descentralización, la gestión de los asuntos locales y en el fortalecimiento institucional y el empoderamiento mutuo.
Proceso por el cual cada administración local adapta a su contexto la Agenda 2030 y los ODS, en que se priorizan los retos y se aprovechan las oportunidades que ofrece el territorio.
Porcentaje del producto nacional bruto que cada país destina a la cooperación al desarrollo, fijado en el acuerdo de las Naciones Unidas de 1972. En el caso de las entidades locales, este porcentaje a menudo de calcula sobre los ingresos propios municipales, según establece el documento elaborado por Joaquim Solé Vilanova titulado “Criterios de aplicación del 0,7% de los ingresos propios municipales a la cooperación al desarrollo. Justificación técnica”.
Agrupación de personas o entidades con una idea o unas ideas de carácter social para implantar en la sociedad, en los agentes sociales y civiles, en los poderes públicos, etc., por lo general con voluntad de cambio. Un movimiento social es una mezcla de organización y espontaneidad. Normalmente, hay una o más organizaciones que dan identidad, liderazgo y coordinación al movimiento, pero los contornos del movimiento no son nunca coincidentes con los de las organizaciones que la forman.
Lista de los 17 Objetivos (ODS) que contiene la Agenda 2030 relativos a una multiplicidad de aspectos (economía, medio ambiente, desigualdades, instituciones, equidad de género, ciudades y comunidades sostenibles, paz, etc.) y que contienen 169 metas asociadas.
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.
Objetivos de desarrollo sostenible.
Organización de las Naciones Unidas.
Instituciones internacionales sin afán de lucro, con capital social constituido por aportaciones de diversos gobiernos, que tienen por objetivo conseguir acuerdos globales que afecten a la mayoría y que trabajan en diferentes ámbitos: cultura, paz, medio ambiente, etc.
Organizaciones privadas sin ánimo de lucro que pueden organizarse en el ámbito local, nacional o internacional, y que tienen como finalidad la realización de actividades relacionadas con los principios y objetivos de la cooperación internacional para al desarrollo. Además de ser ejecutoras de proyectos, son interlocutoras de la administración para al diseño y seguimiento de las políticas de cooperación, y están representadas en muchos consejos de cooperación. Se financian por medio de aportaciones privadas (cuotas de socios, donaciones particulares, actividades de captación de fondos, etc.) y de subvenciones públicas (anuales o a través de convenios).
Documento elaborado de manera participativa, dirigido a municipios de hasta 20.000 habitantes y consejos comarcales, que contiene una propuesta de elementos, criterios y recomendaciones sobre qué estrategia emprender en el ámbito de la política pública de cooperación al desarrollo, que responde y es coherente con la voluntad y la realidad del territorio.
País con un estándar de vida más bajo, una base industrial subdesarrollada y un bajo Índice de Desarrollo Humano (IDH) en relación con los otros países (los denominados desarrollados). Hay críticas en el uso del término país en desarrollo porque implica inferioridad de un país en comparación con otro.
Producto interior bruto.
Documento estratégico de ciudad que, de manera ordenada y sistematizada, define cómo se quiere que sea la política de cooperación al desarrollo municipal en un marco temporal concreto y establece los medios necesarios para desplegarla. Determina básicamente aquello que se quiere conseguir (marco estratégico), cómo hacerlo y con qué medios e instrumentos (marco operativo). A menudo incluye herramientas para saber si se cumple con lo establecido (seguimiento) y se consiguen los objetivos marcados (evaluación). Con frecuencia se obtiene mediante un proceso participativo interno del ayuntamiento y con los actores del territorio.
Producto nacional bruto.
Conjunto de proyectos que unidos contribuyen a objetivos más generales y a más largo plazo.
Instrumento que se caracteriza por un ciclo de intervención muy determinado en el tiempo y en el espacio. Se trata de un conjunto de actividades articuladas entre sí y de unos medios dirigidos a la consecución de un objetivo (satisfacción de una necesidad o resolución de un problema).
Sistema organizativo que facilita la asunción de los objetivos de una política concreta por parte de las otras políticas y abordar la realidad que se quiere tratar desde diferentes ámbitos de trabajo. En el caso de la cooperación al desarrollo municipal, se traduce en la asunción de los objetivos, valores y principios de esta política por parte del resto, estableciéndose sinergias y un trabajo colaborativo entre la unidad de cooperación y los otros departamentos para hacer realidad un abordaje desde diversos ángulos.
Conocida habitualmente con el término inglés Gender mainstreaming, es la estrategia que vela para que los diversos actores implicados incorporen la perspectiva de la igualdad, es decir, para hacer de las preocupaciones de mujeres y hombres una dimensión integral del diseño, implementación, seguimiento y evaluación de políticas y programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, de manera que mujeres y hombres se beneficien por igual y se evite la perpetuación de la desigualdad.