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La concejalía de cooperación al desarrollo

7. Retos y oportunidades de la cooperación municipal

La política de cooperación al desarrollo de nuestros municipios y ciudades afronta numerosos retos y oportunidades. En este apartado abordamos cuatro de significativos:

  • La participación ciudadana.
  • El enfoque de género.
  • El enfoque basado en derechos humanos.
  • La comunicación con impacto.

7.1. Hacia una construcción colectiva de la política

La participación es una manera de gobernanza que se basa en el derecho de la ciudadanía a intervenir en la definición e implementación de las políticas municipales, y le permite formar parte de la resolución de problemas colectivos. Esta participación, que se puede dar en diferentes momentos (consulta, deliberación, decisión, implementación y evaluación), ayuda a los gobiernos locales a ofrecer mejores respuestas y disfrutar de un mayor grado de legitimidad.

En el caso de la política pública de cooperación al desarrollo, para que sea duradera y tenga efectos multiplicadores, habrá de implicar a la población y otros agentes más allá del gobierno local durante su concepción, implementación y evaluación. Pero, si bien la participación ciudadana ha de ser una prioridad de esta política, el reto está en conseguir adaptar sus prácticas a la realidad y las necesidades de la sociedad actual, que ha cambiado mucho desde que los municipios empezaron a hacer cooperación y se consiguió la construcción colectiva de la política de cooperación al desarrollo.

Recuerda

Como hemos visto, en muchos municipios españoles la ciudadanía fue clave en la conformación de esta política gracias al impulso de las movilizaciones por el 0,7% que tuvieron lugar a mediados de los años noventa.

Precisamente, este carácter participativo es una de las características fundamentales y el valor diferencial de la cooperación descentralizada. La proximidad con la ciudadanía sitúa el gobierno local en una mejor posición para conocer el territorio, sus agentes y sus necesidades, y para movilizar a los agentes locales más adecuados y establecer un marco de relaciones con ellos. Esta característica se ve potenciada en los municipios pequeños y medianos, precisamente por el menor tamaño y porque la ciudadanía actúa a menudo como una extensión del poder público local.

En todos los casos, la educación para la ciudadanía global es la modalidad más bien posicionada para aprovechar esta ventaja.

Los procesos de planificación estratégica que emprenden los municipios se hacen de manera participativa con los agentes del territorio y se convierten en oportunidades de cocreación de la política. Para ello se utilizan diferentes mecanismos, como cuestionarios, entrevistas, grupos focales, talleres de debate, etc. Además, los planes directores y las orientaciones estratégicas que se elaboran en estos procesos determinan los mecanismos de participación y concertación con la sociedad civil organizada en este ámbito para la ejecución de las iniciativas. Posteriormente, su evaluación se hace a menudo también de manera participativa.

Los consejos municipales han sido la modalidad más común de órgano de participación ciudadana de los gobiernos locales en el ámbito de la cooperación al desarrollo. Desde un principio, los ayuntamientos se han dotado de estos órganos formales y estables, mayoritariamente denominados Consejos municipales de cooperación y solidaridad, con sus reglamentos, pero también han optado por otros mecanismos más informales, como mesas de solidaridad, comisiones de trabajo, etc.

Consejos municipales de cooperación y solidaridad

En general, estos órganos tienen décadas de funcionamiento y trayectoria. Mientras que algunos se han convertido en verdaderos espacios deliberativos y de construcción estratégica y colectiva de la política, en que se ha fomentado el debate y la reflexión, otros se han limitado a una función informativa y consultiva de lo que hace el ayuntamiento en este campo y de distribución del presupuesto entre los mismos miembros, y han prevalecido los intereses particulares sobre los generales.

Además, hay que evitar que estos consejos se queden anquilosados en el pasado y favorecer la participación de otro tejido social, como organizaciones ecologistas, de economía social, organizaciones culturales, de comercio justo, los movimientos feministas, los productores locales, entre otros, hecho que permitiría aprovechar su potencial para responder a los retos locales y globales del desarrollo con un enfoque de coherencia de políticas.



Otorgar mayor protagonismo a los agentes de la sociedad civil no ha de significar, en ningún caso, que la administración renuncie a liderar esta política y, por tanto, a ejercer su responsabilidad y utilizar sus recursos.

Situación

Muy baja

Baja

Media

Alta

Muy alta

El gobierno local solo comunica esporádicamente lo que hace en el ámbito de la cooperación y/o colabora puntualmente con los agentes para hacer actividades que el mismo gobierno define y coordina.

 

 

 

 

 

El gobierno local a menudo consulta a los agentes locales sobre las actividades de cooperación que pueden afectarlos.

 

 

 

 

 

El gobierno local mantiene un diálogo con los agentes por medio de mecanismos formales y periódicos (reuniones) o bien informa, consulta y distribuye el presupuesto en el marco del consejo de solidaridad u órgano similar integrado fundamentalmente por entidades de cooperación.

 

 

 

 

 

La estrategia de cooperación del gobierno local se diseña mediante un proceso participativo abierto a gran parte de los agentes sociales y se establecen mecanismos de concertación, colaboración y trabajo conjunto con estos para desplegar la política.

 

 

 

 

 

Existe un verdadero espacio de gobernanza, deliberativo y de construcción estratégica y colectiva de la política, integrado por una red variada de agentes locales no exclusivamente de cooperación, que trabajan de manera horizontal y con una relación de igualdad con el gobierno local, con voluntad de generar empoderamiento y transformación social.

 

 

 

 

 

7.2. Una cooperación municipal con enfoque de género

A escala global, la igualdad efectiva entre hombres y mujeres continúa siendo más bien un objetivo que una realidad, a pesar de que los principios de igualdad y no discriminación son pilares fundamentales de los derechos humanos.

La perspectiva de género es aquel enfoque de trabajo que considera no únicamente las experiencias y las visiones de los hombres, sino que implica tener en cuenta las preocupaciones y las experiencias de las mujeres, igual que las de los hombres, con la finalidad de que no se perpetúe la desigualdad. Es decir, persigue la igualdad de género.


Según la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW) de Naciones Unidas (1979), hay que explicitar la perspectiva de género en todas las actuaciones para evitar que las desigualdades entre hombres y mujeres queden invisibilizadas bajo perspectivas más genéricas, como ha ocurrido históricamente y, por tanto, hay que tener en cuenta las desigualdades de género.

En el campo de la cooperación al desarrollo, incorporar la perspectiva o la transversalidad de género implica tener en cuenta las desigualdades entre hombres y mujeres en el diseño, la ejecución, el seguimiento y la evaluación de las actuaciones con el fin de disminuirlas.

Destaca, por un lado, el papel de las Naciones Unidas. El punto de inflexión se marcó con la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres celebrada en Pekín (China) en 1995, en que se fijaron las prioridades y áreas de trabajo para hacer frente a las desigualdades de género a escala global con la transversalidad de género y el empoderamiento de las mujeres, concepto que se focaliza en las mujeres para que sean agentes activas de su desarrollo.

La Agenda 2030 incluye la perspectiva de género en el ODS 5: Conseguir la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas . Sin embargo, ha habido voces críticas sobre el hecho de encasillar un objetivo tan transversal.

Una de estas voces es la Agenda 2030 Feminista , una iniciativa que reflexiona sobre la necesidad de un enfoque global en que todos los ODS se impregnen de la perspectiva de género y conseguir así un impacto más transformador.

Por otro lado, la Ley estatal 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en su artículo 32, insta a la política de cooperación al desarrollo a incorporar el principio de igualdad:

Artículo 32. Política española de cooperación para el desarrollo

1. Todas las políticas, planes, documentos de planificación estratégica, tanto sectorial como geográfica, y herramientas de programación operativa de la cooperación española para el desarrollo, incluirán el principio de igualdad entre mujeres y hombres como un elemento sustancial en su agenda de prioridades, y recibirán un tratamiento de prioridad transversal y específica en sus contenidos, contemplando medidas concretas para el seguimiento y la evaluación de logros para la igualdad efectiva en la cooperación española al desarrollo.


Las estrategias de desarrollo no son neutras en relación con el género y tienen consecuencias potencialmente positivas y negativas para mujeres y hombres, de la misma manera que las acciones de desarrollo son más eficaces si tienen en cuenta las diferencias y desigualdades.

Las desigualdades de género interactúan simultáneamente con otras características o condiciones que se entrecruzan con otras formas de discriminación como el origen étnico o la nacionalidad, la edad o la orientación sexual, entre otras que se agravan y empeoran el ejercicio pleno de los derechos humanos. El enfoque de género pone especial énfasis en estas interseccionalidades.

La interseccionalidad es un marco teórico que explora los sistemas de opresión y privilegio que condicionan a las persones y que nos ayuda a alejarnos de la idea de que las mujeres son un grupo homogéneo, y refuerza que su vivencia está muy relacionada con los diferentes ejes de discriminación, los privilegios y el contexto (la realidad de cada territorio).

El hecho de que la igualdad de género sea una temática priorizada no implica que se esté incluyendo la perspectiva de género de manera adecuada, sino que la transversalidad de género continúa siendo necesaria. Del mismo modo, trabajar con mujeres no significa que automáticamente se tengan en cuenta los aspectos relacionados con la desigualdad de género desde un enfoque de derechos humanos, ya que se pueden impulsar proyectos exclusivos para mujeres que tengan un efecto muy negativo en las relaciones de género y refuercen su posición de subordinación.

Asimismo, los hombres son un elemento clave para el cambio en las relaciones de género. Trabajar con ellos es imprescindible para eliminar las causas estructurales de la desigualdad de género y modificar la percepción “tradicional” de los “roles” de género.

  • Dar cumplimiento, a través de la política de cooperación al desarrollo, a los objetivos de la política de igualdad del ayuntamiento.
  • Promover la incorporación de los objetivos de la cooperación al plan de igualdad del ayuntamiento.
  • Contar con personal especializado y formado en género y cooperación y buscar asesoramiento técnico y el apoyo del personal del departamento de igualdad del ayuntamiento.
  • Establecer espacios de coordinación entre las áreas de cooperación y de igualdad para crear sinergias y un trabajo más colaborativo.
  • Visibilizar la realidad de las mujeres y las niñas en los territorios de los países socios mediante actividades de educación para la ciudadanía global.
  • Diagnosticar la realidad de las mujeres y las niñas en los proyectos de cooperación que se implementen y reflejar sus necesidades y prioridades, así como las de los hombres, e identificar los cambios que habría que aplicar para que las mujeres participen y se beneficien de ellos.
  • Hacer uso de un lenguaje inclusivo e imágenes que no promuevan estereotipos a la hora de comunicar y difundir las acciones de cooperación, y en todo aquel material que se elabore.
  • Trabajar la cooperación con organizaciones de mujeres del territorio, expertas en género y feministas.
  • Incluir criterios para promover la inclusión del enfoque de género en las convocatorias públicas de cooperación para organizaciones.

7.3. Hacia un enfoque basado en derechos humanos

El enfoque basado en derechos humanos es un marco conceptual desarrollado por Naciones Unidas que se puede aplicar a cualquier política pública, en tanto que sitúa el respeto, la protección y la garantía de los derechos humanos en el centro de los procesos de desarrollo humano sostenible en cualquier ámbito y lugar del mundo.

Sabías que…

El enfoque de género basado en derechos humanos es uno de los cinco principios rectores establecidos en el Marco de Cooperación de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (2019).

Es especialmente relevante para la política de cooperación internacional el potencial transformador que tiene esta manera de mirar y analizar el mundo. La adopción del enfoque basado en los derechos humanos en la cooperación descentralizada tiene implicaciones tanto para la planificación como para la identificación de las iniciativas concretas que se deriven de esta:

  1. Sitúa las vulneraciones de derechos humanos en el centro de los problemas de desarrollo y analiza la realidad en términos de desequilibrios de poder y desigualdades en el acceso y la realización de estos derechos, con especial atención a los grupos más vulnerables.
  2. Pone el foco en las causas estructurales de los problemas para abordarlos en su globalidad, teniendo en cuenta las seis dimensiones que configuran cada derecho y la conexión entre ellos.
  3. Sitúa a las personas en el centro del desarrollo como sujetos de derecho con poder y capacidad para ejercer y para exigir su cumplimiento (personas titulares de derechos).
  4. Identifica a los agentes implicados en la realización de los derechos y diferencia entre los titulares de obligaciones en relación con estos derechos (administraciones públicas) y los titulares de responsabilidades (agentes privados).

El fortalecimiento de las capacidades de los agentes, la transformación de las relaciones de poder, la lucha contra la discriminación y la participación serán elementos clave de las iniciativas que se impulsen con este enfoque.

Recuerda

El enfoque de género, basado en derechos humanos y aplicado a la política de cooperación local, proporciona un marco que se puede compartir con otras concejalías y orienta a la hora de impulsar líneas de trabajo más transformadoras.

7.4. Hacia una comunicación con impacto

La comunicación es una herramienta clave de transparencia y rendición de cuentas a la ciudadanía en todas las políticas públicas. Pero en el caso de las políticas de cooperación, especialmente, una buena comunicación es de vital importancia. Sin embargo, por diversos motivos, el hecho de comunicar la cooperación no ha sido un objetivo principal de los departamentos de cooperación municipales y no siempre se ha comunicado o no se ha comunicado de manera eficaz.

En este apartado destaca el papel que hace la comunicación, no solo como ejercicio de transparencia e información, sino también para conseguir que la política pública de cooperación tenga éxito.

Estos son algunos de los aspectos esenciales que hay que saber para trabajar en la comunicación de cooperación:

Los medios públicos tienen el objetivo de rendir cuentas a la ciudadanía y de promover la propia acción municipal. Pero más allá de entender la comunicación estrictamente como información sobre actividades, cifras o datos, en el caso de la cooperación, además, hay que construir un relato.

Como se desprende de diferentes estudios, hay un alto grado de desconocimiento de las políticas de cooperación al desarrollo locales por parte de la ciudadanía, incluso del hecho mismo de que los municipios lleven a cabo acciones de cooperación. Además, el conocimiento de la temática por parte de la población parece, por lo general, escaso, y muchas veces la cooperación se asocia al asistencialismo o la ayuda humanitaria.

Una de las consecuencias más peligrosas de este hecho, y aún más en momentos de crisis como el actual, es la percepción que tiene la ciudadanía sobre la cooperación misma y el sentimiento de despilfarro de los recursos económicos que se destinan a las políticas de cooperación. Esta percepción se refuerza con la desinformación y los argumentos de “primero los de casa”, “la ayuda nunca llega realmente donde la enviamos”, o “no quieren desarrollarse”, muy utilizados por partidos populistas con un claro trasfondo xenófobo.

En este contexto, es importante una comunicación de la cooperación que vaya más allá de la transparencia y la rendición de cuentas: mejorar la comunicación de la cooperación es un paso fundamental para mejorar la salud de la política de cooperación municipal.

Hay que buscar nuevas maneras de explicar la cooperación que vayan más allá de la información simple y repetitiva sobre proyectos de cooperación y actividades de captación de fondos. Hay que transmitir un mensaje de defensa de las políticas de cooperación locales como política pública que nos ayuda a cohesionarnos en todos los ámbitos, y que se apoya y se refuerza en los valores democráticos. Es necesaria, pues, una comunicación que tenga impacto, que ayude a construir un relato de consenso en que se inserte la cooperación, para conseguir las adhesiones y compromisos de la ciudadanía y las instituciones.

Los retos del desarrollo son cada vez más complejos e interconectan estrechamente las problemáticas globales y las locales. Las diversas crisis globales impactan en la vida de nuestros municipios y plantean nuevas relaciones de interdependencia entre la esfera internacional y la local. En contraposición a esta realidad, son pocas las noticias que tratan las causas de los problemas y que se contextualizan adecuadamente. Se echa de menos un enfoque de derechos y una perspectiva desde la justicia global.

En este escenario, cabe entender la comunicación como parte imprescindible de un proceso educativo para una ciudadanía global activa y comprometida con el desarrollo. Hay que renovar discursos y actualizar las narrativas sobre cooperación —superar la visión eurocéntrica y asistencialista, evitar la victimización y los estereotipos— y transitar hacia discursos transformadores basados en la justicia global y los derechos humanos.

La comunicación de la cooperación ha de servir para sensibilizar y educar a la ciudadanía en la comprensión de las problemáticas de carácter global y que pueda asociarlas con las problemáticas locales. En este sentido, comunicar la política pública de cooperación ha de ser una herramienta de incidencia y de transformación social.

Hasta ahora hemos hablado de comunicar la cooperación a la ciudadanía, pero también es importante hablar de la comunicación interna. La política de cooperación no es una política aislada del resto y tiene muchos elementos que se entrecruzan y se complementan con otras políticas municipales.

Para que la estrategia de comunicación externa de la cooperación tenga éxito, es recomendable trabajar la comunicación dentro de las áreas y departamentos. Hay que mejorar la apropiación de la política de cooperación y del discurso de defensa de la cooperación por parte de tota la corporación. Solo de esta manera se puede garantizar el carácter transversal de la cooperación y contribuir así a la coherencia de políticas en la entidad local.

En clave interna, es importante también establecer quién lleva el peso comunicativo de la cooperación dentro del ayuntamiento. Hay que encontrar espacios de confluencia que ayuden a mejorar los contenidos que se generan y, si es necesario, implementar protocolos de trabajo entre el personal técnico de cooperación y de comunicación del ayuntamiento.

Para conseguir comunicar la cooperación de manera eficaz, es importante diseñar una estrategia de comunicación de la cooperación. La planificación de la comunicación ayudará a identificar los agentes, los mensajes, los públicos y los canales más útiles según los objetivos comunicativos de cada municipio, y también ayudará a mejorar la articulación y la colaboración entre los agentes de la cooperación y los otros agentes del tejido asociativo municipal.

La estrategia de comunicación ayudará a definir los aspectos siguientes:

  • Cuál es el discurso/relato que se quiere transmitir.
  • Quién lleva el peso de la comunicación de la cooperación dentro del ayuntamiento.
  • Qué uso hay que hacer de los canales de comunicación de que se dispone y seleccionar los más adecuados en función del público destinatario en cada caso.
  • Cómo adaptarse a los nuevos tiempos, mensajes, canales y públicos más jóvenes que se informan por canales no tradicionales, como las redes sociales.
  • Mejorar la comunicación interna y el trabajo transversal dentro de la corporación local.
  • Identificar alianzas con el tejido asociativo local y los otros medios de comunicación del municipio.

Para saber más

Para más información, puede consultarse: